La participación de Israel en la próxima edición de Eurovisión, que se celebrará en Malmö, se ha erigido en uno de los principales elementos de discordia en Europa. 

La semana pasada, como también hicieron varios eurodiputados progresistas en el Parlamento comunitario, Podemos pidió al Gobierno que tomase la iniciativa y solicitase la expulsión del país hebreo del festival "por el genocidio que está perpetrando contra el pueblo palestino", en referencia a la guerra en Gaza. 

El asunto vuelve a la actualidad tras unas declaraciones de Eden Hanson, jurado profesional de la preselección de la radiotelevisión pública israelí, en un medio local. Hanson explicó que Eden Golan, la representante del país en Eurovisión 2024, todavía no tiene una canción asignada para el evento de Malmö, pero que esta "necesita contar la historia, la narrativa de Israel". 

"Tiene que recordar que es cantante y que detrás de cada palabra que pronuncia hay un significado muy, muy grande. Aunque no sea a través de las palabras, a través de los ojos necesita contar esta historia. Tenemos que elegir una canción que refleje nuestra situación y muestre al mundo que estamos aquí para permanecer", ha señalado, dejando entrever que el tema que se elija contendrá claros matices políticos. 

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Entretanto, hace unos días la Unión Europea de Radiodifusión (UER) insistió en un comunicado en el que reafirmaba la participación de Israel  que Eurovisión es un festival "apolítico, en el que compiten artistas y cadenas de difusión, no gobiernos". Ello, a pesar de que la propia UER expulsó a Rusia de la competición en la edición de 2022 debido a la invasión de Ucrania.