Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El inesperado gran éxito de los Latin Grammy en TVE y lo que evidencia del futuro de la tele

¿Por qué arrasaron en audiencia los Latin Grammy?
Shakira y Bizarrap en los Latin Grammy.
Shakira y Bizarrap en los Latin Grammy.
RTVE
Shakira y Bizarrap en los Latin Grammy.

No hay tradición española de seguir los Latin Grammy. Pero su ceremonia sevillana ha arrasado en audiencia con un 21,5 de cuota de pantalla y 1.990.000 espectadores, aupando a La 1 de TVE a la cadena más vista del jueves con un excelente 15,1 por ciento de cuota. 

Un elevado dato diario que no es sólo fruto del evento musical. En la tarde, también hubo el tirón del fútbol con la selección masculina frente a Chipre (un 19.6 por ciento de share y 1.758.000 espectadores). Y, en la mañana, el debate de investidura, que en su votación alcanzó un gran 24,5 por ciento de share y 1.217.000 seguidores de media.

La investidura era emitida por todas las grandes cadenas, pero La 1 se mantiene en el recuerdo colectivo como el canal con más músculo en los eventos informativos. El público confía en Televisión Española en los grandes acontecimientos y, este jueves, coincidieron en la misma sintonía de la primera cadena tres eventos de congregación social.

Sin embargo, no estaba nada asegurado el buen rendimiento de los Grammy. No hay tradición, no tenemos la cita de interés hecha con estos premios vinculados al continente americano. De hecho, RTVE ha intentado blindar la ceremonia creando un plató exterior junto a la Torre del Oro para visibilizar la implicación de la cadena con los Grammy. Desde allí, se han realizado programas como Corazón. Así la cadena ha intentado proteger un evento novedoso en nuestro país y que cuenta con una narrativa complicada para el prime time español.

Porque la gala está hiperfragmentada de pequeñas pausas constantes para la publicidad a lo tele norteamericana, lo que entorpece el ritmo. Este problema, desde una cadena sin anuncios, se intentó subsanar con entrevistas con Elena Sánchez. Así se multiplicó el atractivo nervio de estar en un show lleno de artistas.

Tampoco ayudan los clichés retrógrados que abundan en este tipo de eventos todavía atascados en protocolos de tinte machista que nosotros ya fuimos abandonando en los años de las galas de Noche de Fiesta. Más modernas en algunos de sus sketches.

Porque los Grammy latinos no son unos vanguardistas MTV. Su guion es anodino y pelota, su escenografía previsible, desordenes de realización... Pero, al final, la emisión destacó porque sí aglutinó un desfile de artistas de primer nivel internacional. De Shakira a Rosalía, versionando a Rocío Jurado (con el salseo de si la canción iba dedicada a su ex Rauw Alejandro). De Alejandro Sanz a Laura Pausini. Sus actuaciones musicales transmitieron esa sensación vital en televisión del 'todo puede pasar', del tener que mirar por todo lo que se dice y por todo lo que se lee entre líneas, del preguntarse si están desafinando o están creando una actuación para la posteridad ante nuestros propios ojos.

Así se contagió la emoción en el espectador de estar presenciando un acontecimiento irrepetible en el que, por primera vez, los españoles estábamos realmente en el centro, en Sevilla. Ahí es donde la televisión clásica continúa fuerte y sin rival como ventana que nos conecta a los espectáculos de la vida sin tener que buscar entre una marabunta de oferta en un infinito videoclub bajo demanda. Sólo basta encender un canal para sentir las emociones de vivir un acontecimiento en el que todo puede pasar. La emoción la tenían los Grammy, la emoción la tenía la investidura, la emoción la tuvo la imagen de la tele de siempre, La 1 de TVE. 

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