"Yo he pedido llevármelo a casa", contesta Pedro Piqueras cuando Aimar Bretos le pregunta por el eterno decorado de Informativos Telecinco. "Para mí ha sido un poco suplicio en algún sentido porque cada vez que lo veía decía tenemos que navegar con esta barca frente a esos espacios virtuales que hay en otras cadenas. Pero, al final, te vas acostumbrando. No lo hemos sufrido, teníamos la época Pasapalabra, que éramos líderes durante 11 años. Entonces, no se padecía el decorado ni nada por el estilo", explica el periodista que presentará su último Telediario en Mediaset el próximo jueves 21 de diciembre.
Se lo verbaliza a Bretos en Hora 25 de la Cadena Ser, desde un estudio de radio que tiene más pantallas de fondo que el plató de televisión de Telecinco. Paradojas de la vida y de un canal que en la época de Paolo Vasile al frente no priorizó tanto las noticias como el entretenimiento. Y eso supuso una oportunidad para la libertad de Pedro Piqueras, un periodista de hechos y no de posicionamiento en el calentamiento ideológico de la prensa. Rara avis hoy.
"No teníamos esos espacios virtuales", incide Pedro Piqueras. Aunque, en el fondo, él ha conseguido suplir la virtualidad con la realidad de verdad. Así su informativo ha sido perfecto para un canal como Telecinco, pues se centraba en un relato periodístico concreto y ordenado que enriquecía su dinamismo con constantes conexiones en directo con el lugar de la noticia. El espectador sentía que allá donde pasaba algo estaban los informativos de Piqueras, pocas veces despistado en las fanfarrias de los efectos especiales visuales. Como mucho en algún que otro adjetivo 'apocalíptico'. La fuerza de la noticia está fuera, en la calle, no en recreaciones en una escenografía.
Él dando paso a directos y noticias centrado en una mesa y el famosos skyline, tan reconocible al mantenerse durante casi dos décadas en emisión. "Y es curioso, pero le terminas tomando cariño. Tanto que yo le he pedido. He pedido una parte del decorado para dejarle en el garaje y entrar y verme allí en el skyline de Singapur. Porque es Singapur. Hemos estado informando desde Singapur durante todo este tiempo", reconoce Piqueras.
Y Aimar Bretos con su curiosidad incesante, esa que se fija en los rincones que no parecen importantes pero que sustentan las relevancias de la vida, repregunta sobre el skyline más longevo en la televisión en España: "Pero, ¿qué es?, ¿un cartón?, ¿un hule?".
"Es un hule en el que yo he pegado algunas grapas. Sí, sí, algunas... cuando se caía un trocito. Y creo que eso tiene algo de romántico, la verdad. No es el mejor de los espacios, pero es el espacio donde nos hemos desarrollado durante 17 años", concluye Piqueras con su mirada de periodista que hasta a la anécdota dota de aureola reflexiva. Porque las escenografías son importantes, pero más esencial es la la autoría de cómo se narra las historia. O como el propio Piqueras ha expresado en Hora 25: "Un informativo es como una sinfonía, molto vivace, con tonos que bajan, golpes que suben y un final vibrante".
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