'En boca de todos' habla con el jefe de la investigación del asesinato de un hombre cuyo cuerpo apareció enterrado en un olivar

El matinal ha podido hablar con el jefe de la investigación.
El matinal ha podido hablar con el jefe de la investigación.
MEDIASET
El matinal ha podido hablar con el jefe de la investigación.

Miguel Ángel acudió a una fiesta junto a cinco amigos que acabaron con su vida y enterraron su cuerpo en un olivar en Jaén. Este martes, En boca de todos ha comentado el caso y Nacho Abad ha recalcado que, pese al crimen, ninguno de los condenados ha pisado la cárcel ni tampoco se ha pagado la indemnización correspondiente a la familia. Miguel Ángel dejó a su exmujer y a sus dos hijos.

Todo sucedió el 14 de octubre de 2018, cuando Miguel Ángel acudió con su grupo de amigos a las fiestas de San Lucas. Un mes después, su exmujer, madre de sus dos hijos, presenta una denuncia por desaparición y la Policía comienza una investigación para dar con su paradero. En 2019, el cadáver del joven es hallado enterrado a un metro de profundidad en un olivar a cinco kilómetros de Jaén.

Los responsables, dos de sus compañeros de piso y otros tres asistentes a una fiesta, fueron detenidos. Según los datos de la investigación, le amordazaron y asfixiaron. Ningún abogado ha querido hacerse cargo del caso y la jueza determinó que se trataba de un homicidio imprudente, por lo que la condena de los acusados es de un año y medio de prisión. Ninguno de ellos ha pisado la cárcel ni tampoco han abonado la indemnización de 90.000 euros a los hijos.

Este martes, En boca de todos se ha trasladado al olivar en el que apareció el cuerpo de Miguel Ángel para poder hablar con Alfonso Ruiz, jefe de la investigación: "Fue muy complicado porque la exmujer denunció justo al mes de la desaparición, coincidiendo con una denuncia que hizo la madre de Miguel Ángel desde Colombia porque llevaba el mismo tiempo sin saber nada de él y era habitual que el chico la llamase casi a diario". 

"La investigación era muy complicada porque todos los posibles implicados eran chicos jóvenes, sudamericanos, relacionados con la delincuencia, la droga... Poco colaboradores con la Policía, por lo que teníamos problemas para saber qué había pasado. En principio empezamos con una desaparición, pero la investigación nos llevó a que era un homicidio. Uno de los datos que nos llevó a seguir esta hipótesis de trabajo fue el registro que hicimos al mes y pico en la habitación donde vivía Miguel Ángel", ha explicado el inspector de Policía jubilado.

"Aquello estaba inmaculado. No había nada. Todo estaba totalmente limpio y ordenado. Esa limpieza y ese orden también nos dieron información. Por ejemplo, había unas zapatillas nuevas, pero la última pareja de Miguel Ángel nos dijo que él tenía la costumbre de que cuando se compraba unas zapatillas se las ponía siempre hasta que se le rompían. Esas se las había comprado hacía dos o tres días y si no se las había puesto es porque había pasado algo", ha agregado Ruiz, que también ha destacado que el colchón de la habitación de Miguel Ángel no era el suyo, sino que lo habían cambiado.

Asimismo, el inspector ha explicado que, tras muchos meses de trabajo y dedicación, llegaron a saber que "los autores de la desaparición y la muerte habían sido cinco chicos sudamericanos, los principales eran sus compañeros de piso": "Poco a poco, a base de mucha vigilancia, contrastar muchos datos y de tomarles declaración varias veces, llegamos a saber que estaba muerto y enterrado en un olivar de Jaén. El problema era determinar dónde, con los millones de olivos que hay aquí. Al final, pudimos hablar con uno de los chicos que no había tenido nada que ver en la muerte, pero sí había colaborado a la hora de deshacerse del cadáver, lo trajo en su coche, y a lo largo de nueve meses nos confirmó el sitio en el que estaba el cuerpo enterrado".

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