Cándido Conde-Pumpido da su versión sobre la mujer que le denunció por agresión sexual: "Estaba celosa de Lara Dibildos"

El abogado Cándido Conde-Pumpido Varela, en el plató de '¡De viernes!'.
El abogado Cándido Conde-Pumpido Varela, en el plató de '¡De viernes!'.
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El abogado Cándido Conde-Pumpido Varela, en el plató de '¡De viernes!'.

El abogado Cándido Conde-Pumpido, hijo del presidente del Tribunal Constitucional del mismo nombre, se ha sentado por primera vez en un plató de televisión para contar su versión de lo ocurrido tras verse envuelto en un caso de presunta agresión sexual a una mujer que le denunció. La causa ha sido archivada esta semana por parte del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid después de que la Fiscalía lo hubiese solicitado al no considerar creíble el relato de la supuesta víctima, que retiró la denuncia.

Según Conde-Pumpido, en la denuncia se narraban unos hechos "que eran completamente inciertos y que se ha demostrado". En una entrevista en ¡De viernes!, el abogado ha lamentado que haya tenido que demostrar su inocencia "con una prueba diabólica, porque lo que hay que demostrar es un hecho que no sucedió, y lo que no sucedió no tiene prueba. La única prueba que existe es de lo que ha pasado, no de lo que no ha pasado", ha remarcado.

Tras mostrarse satisfecho por la decisión del juez, ha admitido que la detención ha sido de lo peor que le ha pasado: "Fue un infierno verme esposado y estar retenido en un calabozo", ha dicho.

En su caso, las cámaras que tenía instaladas en su domicilio fue determinante. "De no haber contado con un sistema de vigilancia en casa, no habría podido demostrarlo y todavía prevalecería la versión de la supuesta víctima", ha admitido.

Para Cándido Conde-Pumpido, "el mayor daño que se hace con una denuncia falsa de este tipo" es que "otras mujeres que puedan haber sido víctimas de una situación real, se vaya a coger con pinzas su declaración en el momento en el que lo que es noticia es, precisamente, la existencia de denuncias falsas".

El abogado ha contado que conoció a la denunciante tras su ruptura con Lara Dibildos. "Lara y yo rompemos alrededor de mediados de octubre y días después conozco a esta persona en la puerta de un local de Madrid, parece que ella tiene interés en mí, hablamos, y acabamos en mi casa como una noche normal, en ese momento no hubo ningún tipo de relación sexual", ha matizado.

Según ha reconocido, se encontraba "en un momento en el que no estaba en mis mejores condiciones después de la ruptura, y no tenía intención de iniciar una relación estable con nadie".

Tras su primer encuentro en casa del abogado, "ella utiliza una chaqueta que se había dejado para pedir volver a vernos y que yo se la entregase". Una semana después volvieron a verse. "Ahí surge una relación, un poquito más intensa, pero que no pasa de ser meramente circunstancial, no estamos hablando de nada estable ni de que se pueda considerar una relación", ha aclarado.

Sin embargo, la presencia de Lara Dibildos en los medios de comunicación no sentó bien a la denunciante. "Se produce la declaración de Lara en televisión, en la que pone en conocimiento público nuestra ruptura, y eso hace que durante ese tiempo yo esté recibiendo llamadas de amigos, preocupados, interesándose por la situación, lo cual parece que a ella le resulta bastante desquiciante que se esté hablando continuamente de mi expareja", ha comentado. Fue a partir de ese momento cuando el abogado trató de "coger un poco de distancia" con la mujer.

"Llevaba días evitándola, evitando cogerle el teléfono... En un momento dado, ella incluso llega a plantarse en la puerta de mi casa, pega gritos, celosa completamente, pensando que yo estaba allí con otra persona", ha contado.

El acoso de la mujer, según ha denunciado Conde-Pumpido, no terminó ahí. "Escribía a mis amigos a través de Instagram... Un día concreto se presentó en mi casa con comida, decía que yo necesitaba que me cuidaran y que ella estaba ahí para eso", ha relatado.

Asimismo, el abogado ha asegurado que no sabía que la mujer se dedicaba a la prostitución. "A mí no me lo contó, no lo supe hasta que ella lo dijo", se ha defendido.  

Respecto a lo que sucedió el día de la falsa agresión sexual, Conde-Pumpido ha explicado que en ese momento "había dos amigos en mi casa, uno de ellos se fue sin que ella lo viese salir, ella pretendía que nadie pudiera testificar en su contra diciendo que eso no había pasado, y la forma de hacerla era acusarlos a ellos también de participar en el supuesto acto".

El abogado sostiene que ese día ni siquiera mantuvieron relaciones sexuales: "Cuando ya me cansé de escucharla, le pedí por favor que se fuese de mi casa y entonces ella se hizo la ofendida, le pedí a un amigo mío que estaba en la casa que la llevase y eso ella se lo tomó muy mal, decía que tenía que ser yo el que la llevase... Ella empezó a pegar gritos y a aporrear la puerta, yo no le abrí y ella llamó a la policía, lo que les contó es una historia completamente diferente de lo que luego se dijo en la denuncia", ha indicado.

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