Este año, más que nunca, Eurovisión ha sido política y una auténtica parodia musical de Los Juegos del Hambre. El conflicto bélico en Palestina casi ha empañado por completo el buen rollo del que el Festival de Eurovisión siempre hace gala. Los intereses políticos ocultos tras una posible victoria de Israel se han dejado ver más que nunca pero, al final, frente al odio y la barbarie, solo el amor puede ganar. El amor siempre es la solución.

En España, sin ninguna duda, también hemos hecho política con Eurovisión: Que un temazo, porque lo es, como el que Nebulossa ha creado, logre 16 millones de reproducciones en Spotify, que genere tanta opinión y que sirva para resignificar un término tan machista y peyorativo como 'Zorra' es digno de alabar. Esto también es servicio público, crítica social y concienciación. No es casual que el público del Benidorm Fest haya votado por este tema y poco importa a estas alturas de la película quedar en el puesto 22 de la clasificación final del Festival. Lo importante era llevar al mundo un mensaje de igualdad y libertad. De amor, en definitiva.

Así ha sido la actuación de Suiza, ganadora de Eurovisión 2024

Lo de Israel, es ya otra película. Sin entrar en detalles ni con ganas de avivar la polémica es cuanto menos sorprendente que una canción que no es tan buena como las que otros años han enviado a Eurovisión, consiga un apoyo tan masivo por parte del público. Tuvo una cantidad brutal de puntos obtenidos por el televoto. Me recordó a cuando San Vicente de la Barquera se movilizó masivamente en OT1 para conseguir que Bustamante estuviese entre los 3 ganadores. Los votos son los que son. Cero unidades de dudas al respecto pero qué mal que sean tan fáciles de manipular como los números uno en iTunes.

Y como decía, al final, el amor siempre vence y Nemo, representante de Suiza, se alzó con el micrófono de cristal porque, además de haber calado hondo con su mensaje, llevaba una canción fantástica y una puesta en escena efectiva y más que trabajada. Los buenos siempre ganan.

Como eurofan estoy más que feliz: Gracias a Julia Varela y a mi maestro, Tony Aguilar, por una retransmisón épica, con clase y acorde a lo que se estaba viviendo. No era nada fácil. Gracias a Nebulossa por su entrega, amor, amabilidad y por querer hacer de España y Europa algo mejor. Gracias al equipo de RTVE por una temporada eurovisiva maravillosa y en especial a la delegación de Televisión Española por hacer de todo una fantasía.

Por lo demás, al no haber podido ir este año a Malmö a cubrir el Festival, eché mucho de menos todo y a todos. Pero en nada llega Eurovisión Junior. Será en Madrid el 16 de noviembre y espero allí, darlo todo y saciar, más que con creces, mis ansias de música, buen rollo, unión y celebración.