Un buen descanso es fundamental para poder enfrentarnos a todo lo que el día nos depara, sin embargo, según datos del SEN (Sociedad Española de Neurología), la mitad de los adultos de España tienen problemas para conciliar el sueño. No dormir de manera adecuada hace que nos sintamos cansados y nos cueste más rendir, nos resulta más complicado reaccionar con rapidez, pensar con claridad e incluso formar recuerdos.
Un mal descanso puede hacer que tomemos malas decisiones e incluso que lleguemos a ponernos en peligro, por eso hacer todo lo que está en nuestra mano para poder descansar como merecemos se convierte en una prioridad. Descubrir si existen causas externas que nos impidan calmar la mente, aclimatar la estancia a nuestras necesidades, comenzar a relajarnos un rato antes… y también podemos tomar alguna infusión que nos ayude a dormir.
Infusiones para dormir y mejorar el descanso
Los remedios naturales suelen ser los primeros a los que recurrimos cuando tenemos un problema, trucos que llevan empleándose toda la vida y que suelen dar muy buenos resultados. A través de las infusiones podemos aprovecharnos de las propiedades de las plantas, nos ayuda a hidratarnos y también a eliminar toxinas. Además, en el caso de las infusiones para dormir, podemos lograr un estado de paz que nos facilite el sueño.
No todas las infusiones sirven para lo mismo, algunas nos relajan, pero otras nos aportan energía, por eso hay que tener cuidado a la hora de seleccionar la que más se ajuste a lo que buscamos. Hay infusiones pensadas para calmar el dolor, con otras reforzaremos el sistema inmune, algunas son antiinflamatorias y hay otras que nos ayudarán a solucionar problemas digestivos.
La tila es una de las más habituales cuando queremos calmar los nervios y la ansiedad en un momento determinado y por eso también puede ser una gran aliada a la hora de dormir y descansar, aunque no conviene tomarla si tenemos la tensión muy baja, tampoco abusar de su consumo porque puede provocar náuseas. La melisa es más suave que la tila, pero también recomendable, es relajante y un antidepresivo natural, si tienes el ánimo bajo y por eso te cuesta dormir, puede ser la mejor opción. Eso sí, no conviene si tomas antidepresivos, tampoco durante el embarazo.
Podemos usar lavanda en infusión, pero solo su aroma ya puede ayudarnos a conciliar mejor el sueño, es ideal en ambos casos para calmar los nervios. La pasiflora es ideal para ayudarnos a dormir más profundamente, su efecto puede durar también por el día, por lo que no conviene abusar de ella. Calma el sistema nervioso y es antioxidante, pero conviene consultar con un profesional antes de tomarla, sobre todo si tomamos medicación para el insomnio porque no suele ser compatible.
La manzanilla contiene apigenina, que calma la ansiedad e inicia el sueño. La raíz de valeriana calma la ansiedad y se cree que estimula el cerebro de una forma similar a los medicamentos contra el insomnio. Si nuestros problemas para dormir vienen desencadenados por dolores de estómago, puede que la mejor solución sea una infusión de jengibre o tal vez de canela, que mejora la digestión, pero también reduce los dolores producidos por la menstruación.
Trastornos del sueño, ¿qué son?
Mientras dormimos, el cuerpo realizar funciones importantes que ayudan a que nos mantengamos saludables y nos sintamos bien, por eso, no descansar el tiempo suficiente, puede afectar a nuestra salud física, pero también mental. Existen diferentes trastornos del sueño, pero los más habituales incluye insomnio, apnea del sueño, síndrome de las piernas inquietas, hipersomnia, trastornos del ritmo circadiano o parasomnia, como quien habla o camina en sueños.
En general, hay algunos síntomas que pueden alertarnos de que padecemos uno de estos trastornos, como tardar más de 30 minutos en dormirnos cada noche, o despertar varias veces a lo largo de esta, teniendo problemas para volver a conciliar el sueño. Se tiene sensación de pinchazos u hormigueos por los bazos o piernas, experiencias en sueños que son muy vívidas, debilidad muscular cuando se enfada o ríe, o si se siente que no se puede mover cuando se levanta por primera vez.
Las causas pueden ser muy variadas y no siempre llegan a conocerse. Puede deberse a un exceso de cafeína, a horarios irregulares o incluso al paso del tiempo, conforme envejecemos pasamos menos horas dormidos y el sueño es menos profundo. También puede ser una cuestión genética, a causa de una medicación, provocado por situaciones de ansiedad o estrés o esconder una enfermedad del corazón o los pulmones, por ejemplo. Por eso conviene consultar con un especialista o profesional sanitario.
Referencias
National Library of Medicine. (s. f.-o). Problemas del sueño. https://medlineplus.gov/spanish/sleepdisorders.html
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