La Sociedad Española de Fertilidad calcula que en España casi 800.000 parejas en edad reproductiva tienen problemas de fertilidad. Esta misma entidad confirma que los nacimientos por reproducción asistida han aumentado un 33%, según el registro de actividad de 2021.
Son muchos los factores, tanto genéticos como ambientales, que intervienen en la fertilidad de hombres y mujeres. La alimentación, como base principal de un buen estado de salud general, es fundamental a tener en cuenta para la procreación.
¿Mi dieta influye en mi fertilidad?
Bien es cierto que no existe una dieta milagrosa que soluciones de inmediato los problemas de infertilidad, pero sin duda, la alimentación es un factor clave y muy importante que afecta directamente a la capacidad reproductiva de hombres y mujeres.
Introducir nutrientes clave, vitaminas y minerales básicos en la alimentación preserva la salud del esperma en el caso del hombre, y ayuda a regular el ciclo menstrual de la mujer.
Por otro lado, para preservar nuestra fertilidad, debemos evitar al máximo los disruptores endocrinos, se trata de sustancias químicas presentes en algunos alimentos, que alteran el equilibrio hormonal. Generalmente, provienen de plaguicidas u otros productos usados en la industria agroalimentaria. Este tipo de sustancias suponen una grave amenaza para la salud pública.
Otros alimentos que debemos sacar de nuestra dieta si queremos tener descendencia son todos aquellos ultraprocesados o con alto contenido en azúcares añadidos, así como las grasas de mala calidad.
La dieta ideal para potenciar la fertilidad en las mujeres
La función reproductiva en las mujeres consume muchos más recursos que en el caso de los hombres. En parte por este motivo, la alimentación para favorecer la fertilidad en ambos sexos es diferente.
La ausencia de grasas saludables en la dieta está relacionada con alteraciones del ciclo menstrual que pueden llegar a ser perjudiciales a la hora de concebir. Por ello, es importante consumir alimentos como pescado azul, carne de conejo, aceite de oliva o aguacate, entre otros.
Es importante evitar lo máximo posible el consumo de grasas trans, este tipo de grasas no solo pueden llegar a deteriorar la calidad reproductiva de las mujeres, sino que también incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Es habitual encontrarlas en pasteles, alimentos procesados y fritos.
El ácido fólico es uno de los nutrientes que marcan la diferencia a la hora de potenciar la fertilidad. Se recomienda comenzar a tomar suplementos de ácido fólico tres meses antes de iniciar la búsqueda del embarazo. Podemos encontrarlo de forma natural en legumbres, verduras y cereales integrales. Además, el ácido fólico previene defectos del tubo neural, tanto la anencefalia, un defecto congénito del cerebro del bebé, como la espina bífida, que afecta a su columna vertebral.
Los aportes nutricionales y energéticos de ciertas vitaminas mejoran la fertilidad femenina y reducen el estrés oxidativo. La vitamina D juega un gran papel en la implantación del embrión, es esencial también para que la tiroides trabaje correctamente y para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Tomar el sol es una forma muy buena de adquirir vitamina D, pero también podemos enriquecernos de ella a través de ciertos alimentos como el salmón, los huevos o la leche entera.
Las Vitaminas C y E son antioxidantes y mejoran la viabilidad del embarazo. Están presentes en la mayoría de frutas y verduras. La ausencia de Vitamina B12 está relacionada con problemas significativos en el ciclo menstrual. Se encuentra casi de forma exclusiva en alimentos de origen animal. La ingesta adecuada de Hierro favorece la fertilidad.
Este mineral está presente en cantidad de alimentos como la quinoa, los anacardos, los pistachos, las lentejas o los mejillones. Si estos alimentos se combinan otros ricos en vitamina C, como frutas cítricas o pimiento rojo crudo, mejora la asimilación digestiva. La falta de hierro puede afectar a la ovulación y, si es grave, puede producir amenorrea.
La dieta para potenciar la fertilidad en los hombres
Los alimentos consumidos por hombres afectan directamente a la calidad de su esperma. A través de la alimentación los futuros padres pueden mejorar la movilidad de sus espermatozoides e incluso prevenir enfermedades del futuro bebé. Así ha quedado reflejado en un estudio, liderado por la doctora Gemma Fabozzi en Roma, y publicado en la revista Antioxidants, la investigación se basa en las alteraciones producidas en las mitocondrias derivadas de una mala alimentación.
El consumo de omega-3 está altamente relacionado con los parámetros de calidad de los espermatozoides, tanto al proceso de formación, como a su flexibilidad y movilidad. Las nueces, el pescado azul o las semillas de lino son importantes fuentes de omega-3.
El Zinc es un mineral que se relaciona con la funcionalidad y el número de espermatozoides. Además, afecta directamente a los niveles de testosterona. Podemos adquirir Zinc mediante legumbres, mariscos y frutos secos.
Es importante que en la dieta de los hombres exista un importante aporte proteico para potenciar la fertilidad. La L-arginina y la L-carnitina son dos aminoácidos necesarios para la maduración del esperma. El queso gouda, la pechuga de pollo y las algas marinas son tres ejemplos de alimentos en los que podemos encontrar estos aminoácidos.
Referencias
Datos sobre grasas trans. Medline Plus. https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000786.htm
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