Entre los 30 y los 50 años de edad no resulta extraño detectar ciertas afecciones de la piel que nos incomodan, y a las que quizá no damos la importancia necesaria, por lo que acaban convirtiéndose en crónicas. Afortunadamente, en España tenemos profesionales como la facialista y cosmetóloga de EM Studio Esther Moreno que nos ayudan a encontrar soluciones eficaces, en este caso, para la rosácea.
La rosácea es uno de los problemas de la piel más visible, que se manifiesta con enrojecimiento, tirantez, ardor y la aparición de pequeñas venas vasculares. Para saber porqué hacen aparición estos síntomas en determinados momentos, y la mejor manera de mantener esta afección cutánea controlada, hemos entrevistado a la experta.
¿Qué es la rosácea?
La rosácea es una de las afecciones de la piel del rostro más comunes. En cuanto a sus manifestaciones externas, podemos sospechar de su aparición si notamos cierto enrojecimiento cutáneo, especialmente en la zona de la frente, la nariz, las mejillas y la barbilla. La tirantez, sensación de calor en el rostro, y las arañas vasculares que 'saltan a la vista' son sus muestras más evidentes.
La piel es nuestro órgano más extenso y visible, y nuestro estilo de vida se evidencia en muchos casos en el cutis. La rojez de la rosácea aparece en momentos específicos como reacción desmedida de nuestro sistema inmunitario, que es lo que denominamos brotes, y puede deberse a factores externos (el sol la empeora, por ejemplo) pero también puede ser consecuencia de nuestros hábitos de vida.
¿Qué ocasiona rosácea en la piel?
Como nos explica la experta, Esther Moreno, "la rosácea puede estar provocada por diferentes factores. Los más comunes tienen que ver con la exposición al sol o el viento, los cambios bruscos de temperatura y el estrés emocional incontrolado (la meditación o el yoga son buenos ejemplos para minimizarlo)".
Por lo que se refiere a los factores internos, en el primer puesto está la ingesta de alimentos demasiado picantes, las bebidas extremadamente calientes, el abuso del alcohol y ciertos medicamentos que pueden interactuar en forma de dilatación de los vasos sanguíneos más externos (que provocan las arañas vasculares visibles).
Esto es lo que debemos hacer para eliminar la rosácea
En palabras de la cosmetóloga, "lo primero y más importante es que siempre hay que tener en cuenta que antes de aplicar cualquier cosmético o principio activo hay que acudir a un profesional que diagnostique correctamente y recomiende el mejor tratamiento según la gravedad y características individuales".
Esto sucede porque podemos confundir la rosácea con otros problemas de la piel, y es fundamental que el diagnóstico sea el adecuado. También porque en cada piel la reacción puede variar.
Respecto a las recomendaciones básicas que nos ayudarán a mejorar los efectos de la rosácea, Esther Moreno establece una lista de cinco que no podemos perder de vista, y son sencillos de llevar a cabo. Explicamos estas pautas a continuación.
1. Una limpieza suave pero eficaz
El primer paso para ponerle freno al avance de la rosácea consiste en llevar a cabo una limpieza adecuada, respetuosa pero eficaz.
Para pieles sensibles y reactivas, que suelen ser más resistentes a la remisión, se deben usar cosméticos con ingredientes calmantes como puede ser el pantenol, o el aloe vera. Es importante que tengan un ph equilibrado. Hay que evitar a toda costa que las limpiadoras sean abrasivas o contengan alfahidroxiácidos, especialmente si la piel se encuentra en estado de brote activo.
2. La protección solar, imprescindible los 365 días del año
En todos los casos, hay que tener muy presente la protección solar diaria. La solución más eficaz pasa por usar protector solar de amplio espectro, con spf 50, que deberemos replicar correctamente (sin prisas) todos los días.
Que un día amanezca nublado no nos exime de la responsabilidad de crear esa capa protectora en la piel de nuestro rostro, puesto que el daño de los radicales libres afecta igual aunque no veamos la luz del sol.
Hoy en día contamos con muchísimas opciones y formulaciones específicas que ayudan a calmar el enrojecimiento propio de las pieles con rosácea e incluso los tenemos con color, para contrarrestar y corregir las rojeces y disimular el aspecto de la piel mientras la estamos tratando.
3. Vigilar lo que ingerimos
La tercera medida importante es evitar los factores desencadenantes que se sabe que existen de forma general. Se trata de identificar, minimizar o evitar en la medida de lo posible hábitos que empeoran los síntomas.
De todos los desencadenantes posibles, los más habituales y dañinos son las comidas excesivamente picantes, el consumo de alcohol, y ciertos medicamentos que interactúan de manera inconveniente como podrían ser los vasodilatadores.
4. Los cosméticos apropiados: no vale todo
Mucho más decisivo de lo que imaginamos a priori es la elección de los cosméticos con los que cuidamos nuestra piel. Esther Moreno insiste en la necesidad de desarrollar una rutina cosmética adecuada.
Se trata de utilizar productos específicos para pieles sensibles con rojeces, evitar el agua muy caliente sobre el rostro, así como los exfoliantes mecánicos o químicos.
Algunos ingredientes cosméticos que van especialmente bien a las pieles con rosácea son la niacinamida (vitamina b3), el ácido hialurónico, el aloe vera, la manteca de karité, y los complejos con probióticos.
5. Evitar los cambios de temperatura
Para finalizar, la experta nos invita a tomar precauciones respecto a los cambios bruscos de temperatura tan propios de esta época del año. "Evitar temperaturas extremas y cambios bruscos del frío al calor y viceversa es más importante de lo que pensamos. Estos factores pueden agravar los síntomas de la rosácea, y son sencillos pasos a evitar".
Comentarios