En España, casi una cuarta parte de la población solo utiliza crema protectora en verano, según un estudio que publicó Isdin en 2022. En cualquier caso, todo lo relacionado con el cuidado de la piel durante todo el año, es un concepto que por fin está calando en la gente. Sin embargo, sigue habiendo un gran desconocido en lo que al cuidado dermatológico se refiere: la tasa de absorción.
La tasa de absorción de la piel es un factor fundamental a tener en cuenta en nuestras rutinas de cuidado y limpieza facial. Algunos ingredientes pueden penetrar más profundamente que otros, que solo actúan en la superficie. Además, nuestra piel puede haber llegado a un cierto 'límite' y los productos que estamos aplicando pueden no estar haciendo su función.
¿Por qué mi rutina facial no está dando los resultados deseados?
Puede ser por muchos motivos, pero la aplicación excesiva de productos o a la combinación incorrecta de ingredientes puede ser contraproducente. Debemos tener en cuenta, como todo lo que tiene que ver con la salud, que cada cuerpo es un mundo y se ajusta a unas necesidades individuales.
La Dra. Natalia Jiménez, dermatóloga de la Unidad de Estética Facial del Grupo Pedro Jaén, nos explica todo sobre la absorción de la piel y cómo afecta en nuestra rutina de cuidado y limpieza facial.
"La permeabilidad de la piel viene determinada por el buen estado de la barrera cutánea (el manto hidrolipídico que cubre toda nuestra piel y que previene la pérdida transepidérmica de agua y la entrada de agentes irritantes o tóxicos) y por otros factores relacionados fundamentalmente con la limpieza y el grosor del estrato córneo. De esta manera, cuanta más acumulación de células muertas, grasa y otras sustancias de desecho (restos de sudor, polvo, maquillaje, cosméticos…) haya en la superficie de la piel, menos permeable será y peor se absorberán los activos que apliquemos", explica.
"Además, —añade— si aplicamos cosméticos con texturas muy oleosas, demasiado densas o con moléculas muy grandes, tampoco se absorberán adecuadamente, ya que estas formulaciones son muy oclusivas y están pensadas para casos en los que queremos formar una barrera".
¿Podemos cambiar y aumentar la tasa de absorción?
"Se puede en caso de encontrarnos con una piel asfíctica (saturada). Si la piel está sana, no es necesario y tampoco es posible, ya que la piel sana y equilibrada solo absorbe lo que necesita", sostiene la experta.
Sin embargo, cuando sea necesario aumentar la permeabilidad de la piel: "Debemos cuidar la limpieza con productos adecuados, hacer una exfoliación varias veces a la semana para retirar las células muertas de la superficie de la piel, usar retinol o ácidos en la rutina de cuidado facial para prevenir el engrosamiento de la capa córnea, aplicar los cosméticos en el orden adecuado (los más acuosos primero y los más densos, después) y en la cantidad justa para no obstruir los poros. En consulta podemos recurrir a peelings médicos, láser de rejuvenecimiento…".
Una opinión dermatológica sobre una rutina facial correcta
No podemos evitar pensar en rutinas faciales con infinidad de pasos, como la coreana, ¿tiene sentido?
"En numerosas ocasiones hemos comentado que, para mantener una piel sana y bonita, los dermatólogos somos partidarios del minimalismo cosmético, ya que las rutinas muy complicadas o con muchos pasos no tienen sentido desde un punto de vista clínico (más no es mejor) y además pueden ser contraproducentes", matiza.
Una rutina con muchos pasos y muchos productos "aumenta el riesgo de alergias, reacciones adversas por combinar activos incompatibles entre sí o acné cosmético debido a la obstrucción de los folículos pilosebáceos con tantos cosméticos. A la piel hay que darle lo que necesita en cada momento; ni más, ni menos", sentencia.
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