Según la Asociación Contra el Cáncer (ACC), en España se diagnosticaron 41.646 nuevos casos de cáncer colorrectal en el año 2022. Una cifra que le hace situarse en los primeros puestos de los más frecuentes en nuestro país. Este tipo concreto de tumor ya se llevó la vida del cantante Pau Donés, de Manolo Escobar, del futbolista brasileño Pelé o de la actriz Audrey Hepburn. Hace unas semanas, el DJ británico Paul Spencer, más conocido por su nombre artístico, Dario G, revelaba que ha sido diagnosticado un cáncer de recto en estadio cuatro.
"Es difícil escribir esto. Acabo de descubrir que tengo cáncer de recto en etapa IV y una sombra en el hígado. Estoy seguro de que eso también es muy difícil de leer", dijo el artista. Estadios, mutaciones, tratamientos... puede encontrarse algunas diferencias en este tipo de cáncer, al que solo le supera el cáncer de pulmón. La alimentación, el sedentarismo y la falta de cribados podrían estar detrás del aumento de casos y diagnósticos.
¿Qué es el cáncer rectal de estadio IV?
El cáncer de recto es una neoplasia (es decir, un crecimiento descontrolado como resultado de una división anormal de las células) que se produce en el recto (los últimos centímetros del intestino grueso), según indica la Clínica Mayo estadounidense.
El estadio hace referencia a la fase en la que se encuentra la enfermedad, siendo el IV el más avanzado. A su vez, explica el Instituto Nacional del Cáncer, se divide en los estadios IVA, IVB y IVC.
En el IVA, el cáncer ya se ha diseminado (metastaseado) a un área u órgano que ya no está cerca del colon o el recto, como el hígado, el pulmón, un ovario o un ganglio linfático lejano. En el IVB el cáncer se diseminó a más de un área u órgano que no están cerca del colon o el recto; y en el IVC, al tejido que reviste la pared del abdomen, y es posible que a otras áreas u órganos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas varían en gran medida del tamaño y el estadio del tumor, pero en cualquier caso pueden incluir cambios en los hábitos intestinales, sangre en las heces, heces estrechas, sensación de que el intestino no se vacía, dolor abdominal, pérdida de peso, debilidad y fatiga.
Hay que prestar especial atención al síntoma de la sangre en las heces, pese a que en la mayoría de casos se debe a afecciones mucho más leves (como, por ejemplo, las hemorroides). Cuando aparece, se aconseja siempre realizarse una colonoscopia, que es en la actualidad una de las pruebas más efectivas para diagnosticar el cáncer colorrectal.
Igualmente, se debe tener en cuenta que hay una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de sufrirlo, como la edad avanzada, la ascendencia afroamericana, los antecedentes de cáncer colorrectal o pólipos, la enfermedad intestinal inflamatoria, ciertos síndromes hereditarios, los antecedentes familiares, el bajo consumo de verduras, el ejercicio físico insuficiente, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol o haber recibido radioterapia.
Algunas mutaciones genéticas: síndromes heredados
Los dos síndromes hereditarios más frecuentes asociados con un mayor riesgo de cáncer de colon o de recto son el Síndrome de Lynch y la Poliposis Adenomatosa Familiar (PAF):
- Síndrome de Lynch (HNPCC): Este síndrome es causado por mutaciones en los genes de reparación del ADN, como MLH1, MSH2, MSH6, PMS2 y EPCAM. Las personas con el síndrome de Lynch tienen un mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de colon. Se estima que el síndrome de Lynch representa aproximadamente el 3-5% de todos los casos de cáncer colorrectal.
- Poliposis Adenomatosa Familiar (PAF): La PAF está asociada con mutaciones en el gen APC (adenomatous polyposis coli). Las personas con PAF desarrollan numerosos pólipos en el colon y tienen un riesgo casi del 100% de desarrollar cáncer de colon si no se tratan. Aunque la PAF es menos común que el síndrome de Lynch, es uno de los síndromes hereditarios más estudiados y comprendidos en relación con el cáncer colorrectal.
¿Cómo se trata el cáncer de recto?
El tratamiento del cáncer colorrectal suele consistir en una combinación de diferentes enfoques. En la mayoría de los casos, se emplea en primer lugar cirugía (cuando se puede por la zona en la que está el tumor) para eliminar las células cancerosas, seguida de quimioterapia y radioterapia para reducir el riesgo de recurrencia. En función de las características del caso, no obstante, la estrategia puede variar.
Igualmente, en las últimas décadas se han desarrollado tratamientos, como los medicamentos con diana específica o la inmunoterapia, que pueden ser apropiados cuando el tumor presenta una serie de particularidades concretas.
En pacientes con enfermedad terminal, pueden administrarse cuidados paliativos que buscan reducir el dolor y otros síntomas, mejorando la calidad de vida del paciente y alargando su supervivencia en la medida de lo posible.
Referencias
Mayo Clinic. Cáncer rectal. Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/rectal-cancer/diagnosis-treatment/drc-20352889 el 05 de diciembre de 2023.
Instituto Nacional del Cáncer. Cáncer colorrectal en estadio IV. Consultado online en https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/cancer-colorrectal-en-estadio-iv el 05 de diciembre de 2023.
¡Ya estamos en WhatsApp! Si quieres recibir en tu móvil toda la actualidad y las noticias más importantes del día, pincha aquí y únete a nuestro canal. Es un sistema gratuito, cómodo y seguro.
Comentarios