Por qué deberías comer menos carne: así es como puede ayudarte a vivir más y prevenir enfermedades graves

Muchos estudios han indicado que las dietas ricas en carne roja y procesada se asocian a mayores riesgos de ciertos cánceres, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Carne roja.
Carne roja.
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Carne roja.

Se ha dicho por activa y por pasiva: comemos demasiada carne. Y esta es una característica sólo relativamente reciente de nuestro patrón nutricional (según los datos de la FAO, en España se consumían de media en 1961 21,8 kilos anuales de carne por habitante; y de acuerdo con la misma fuente, en 2021 se consumían ya 100 kilos anuales por habitante), que tiene que cambiar; por nuestro bien y por el de nuestro planeta.

Quizás, el punto de inflexión llegó en el año 2015, con el célebre estudio publicado en The Lancet Oncology por un grupo internacional de científicos asociados a la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC), en el que se documentaban de manera sólida los efectos del consumo de carnes procesadas y carnes rojas sobre el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Desde entonces, los científicos han continuado profundizando en el modo en el que la presencia excesiva de este alimento en nuestra dieta dañan nuestro cuerpo, y entre otras cosas han encontrado que también puede contribuir a nuestro riesgo de padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

La carne y el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer

Muchas de las evidencias recogidas en los últimos tiempos pueden resumirse de este modo: podemos vivir más y mejor sustituyendo parte de las carnes rojas y procesadas de nuestra dieta por frutos secos y fuentes de grasas saludables (como los ácidos grasos omega-3). De hecho, así lo concluye un estudio publicado en la revista científica BMC Medicine que ha analizado 37 publicaciones sobre el tema y ha hallado que sólo cambiar 50 gramos de carne procesada al día por entre 28 y 50 gramos de frutos secos al día reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares en un 27%.

Los autores del trabajo, que incluyó en su análisis investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos, Europa y Asia con un seguimiento medio de los participantes de 19 años, matizan algunos puntos importantes. En primer lugar, que la literatura científica no ha encontrado que la sustitución de otros productos animales, como las aves, el pescado o los mariscos (aunque sí los huevos), por alternativas vegetales se asocie a una reducción del riesgo cardiovascular. 

En segundo, que se trata de una sustitución parcial de los alimentos de origen animal en la dieta, y no completa. Es decir, que este trabajo no documenta los beneficios para la salud de una dieta vegana, sino más bien de una más basada en alimentos de origen vegetal.

Reducir las muertes prematuras

Más concretamente, los investigadores hallaron que el consumo de frutos secos en lugar de carnes procesadas se asoció a un riesgo un 22% menor de desarrollar diabetes de tipo 2 (una condición en la cual el organismo tiene problemas para regular los niveles de glucosa en la sangre, y que es en sí misma un factor de riesgo para muchas enfermedades cardiovasculares) y un riesgo un 21% menos de fallecer prematuramente.

En síntesis, este trabajo aporta una nueva evidencia que apoya las recomendaciones emitidas por numerosas instituciones desde hace años de cara a reducir nuestro riesgo cardiovascular y metabólico, al mismo tiempo que apunta hacia estrategias más sencillas para prevenir un problema que supone una importante carga en términos de salud pública y también para la esperanza y calidad de vida de quien lo padece.

Como muchas veces pasa con la salud, la clave para que estos beneficios lleguen a la mayor parte de la población podría no estar en grandes cambios, sino más bien en pequeños gestos (por ejemplo, sustituir algunas raciones de los productos más perjudiciales como la carne roja y procesada por otros productos animales o alimentos vegetales que ya disfrutemos). Al fin y al cabo, se trata de pequeños esfuerzos que pueden reportar una gran recompensa en términos de calidad y tiempo de vida.

Referencias

FAOSTAT. Datos sobre alimentación y agricultura. Consultado online en https://www.fao.org/faostat/es/#home el 16 de noviembre de 2023.

Bouvard, Véronique. Loomis, Dana. Guyton, Kathryn Z. Grosse, Yann. Benbrahim-Tallaa, Lamia. Guha, neela. Mattock, Heidi. Straif, Kurt. Carcinogenicity of consumption of red and processed meat. The Lancet Oncology (2015). DOI: https://doi.org/10.1016/S1470-2045(15)00444-1

Neuenschwander, M., Stadelmaier, J., Eble, J. et al. Substitution of animal-based with plant-based foods on cardiometabolic health and all-cause mortality: a systematic review and meta-analysis of prospective studies. BMC Medicine (2023). DOI: https://doi.org/10.1186/s12916-023-03093-1

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