¿Sabes lo que afectan el frío y la luz solar a tus hormonas?

Con el cambio de estación se reducen las horas de luz solar, lo que puede afectar al equilibrio hormonal, de la misma manera que lo hace el frío. Los ritmos circadianos se alteran, y aparece lo que se denomina Trastorno Estacional del Estado de Ánimo (TEEA).
Mujer de espaldas
La disminución de horas de luz solar afecta a nuestras hormonas y, como consecuencia, a nuestro estado emocional.
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Mujer de espaldas

La llegada del otoño, cuando se van reduciendo las horas de luz solar (aunque España es uno de los países europeos que gozan de una menor reducción), provoca que aumente la melatonina, hormona encargada de ayudarnos a conciliar el sueño. En sentido contrario, el hecho de que los días 'sean más cortos', provoca que disminuya la serotonina, hormona en este caso encargada de estabilizar nuestro estado de ánimo, y sacar nuestro lado más optimista. Es ésta una razón que justificaría que en otoño nos sintamos más tristes y decaídos.

Por lo que respecta a la subida y bajada hormonal en función de la luz del sol, la situación es inversamente proporcional: a más luz, menos melatonina, y más serotonina. Como explica a este diario la doctora Marta Sánchez-Dehesa, jefa del equipo de ginecología en HM IMI de Toledo, "tanto el otoño como el invierno pueden infligir una serie de efectos fisiológicos en nuestro organismo, que debemos tener en cuenta si nos encontramos apagados, física y mentalmente".

Los ritmos circadianos y el Trastorno Estacional del Estado de Ánimo (TEEA)

Las hormonas son los mensajeros químicos de nuestro organismo, secretados directamente desde la sangre, que llegan a los tejidos y diferentes órganos. Como responsables de la coordinación de procesos vitales como el crecimiento, el metabolismo, y la fertilidad, las hormonas mantienen un equilibrio que, en ocasiones, puede verse alterado sin que lleguemos a entender por qué. "Los meses de frío, en los que al mismo tiempo recibimos menos luz solar, afectan negativamente a nuestros ritmos circadianos", cuenta la doctora Sánchez-Dehesa.

Tanto en al fibromialgia como en el SFC, están presentes el dolor y el cansancio.
La somnolencia es una de las consecuencias del desequilibrio hormonal del otoño.
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¿Qué son los ritmos circadianos? Los relojes biológicos internos que regulan una serie de funciones de nuestro cuerpo. Como ejemplo, la falta de luz por la mañana induce a una producción más temprana de melatonina (hormona del sueño), que da como resultado una evidente sensación de letargo, una pereza inevitable que afecta a nuestro bienestar general, y también a nuestra productividad.

Otra hormona que entra en juego con la reducción de horas de sol en esta época del año es la serotonina. Se trata, en este caso, de una sustancia química cerebral clave para el bienestar emocional. Si los niveles de esta hormona son bajos, seremos más propensos a padecer TEEA (Trastorno Estacional del Estado de Ánimo). La experta añade que "es importante destacar que las mujeres parecen ser hasta cuatro veces más susceptibles de padecer este trastorno que los hombres, debido a las fluctuaciones hormonales que experimentan las hormonas sexuales femeninas como el estrógeno y la progesterona". 

Los hombres, por su parte, pueden notar el desequilibrio hormonal con una disminución de la líbido: "la producción de testosterona tiende a disminuir durante los meses más fríos, traduciéndose en falta de concentración, menor energía y problemas de sueño".

¿Tienen las mujeres más frío que los hombres?

"El frío es una sensación que tienen más frecuentemente las mujeres, pero en determinadas situaciones como el embarazo o la menopausia, esta sensación cambia y la mujer tiende a manifestar más calor. Es el hipotálamo el que regula estas sensaciones y nos hace aumentar o disminuir la temperatura en función a la temperatura ambiental. También el peso influye tanto en hombres como en mujeres, y la sensación de calor es mayor cuanto más peso corporal haya", comenta la doctora.

Es una fórmula pensada para mantener el peso tras acabar la dieta.
El peso corporal influye en nuestro sistema hormonal.
Unsplash

Hemos comentado ya que las hormonas son mensajeros químicos que circulan a través de la sangre y envían numerosos mensajes al cuerpo mientras trabajan en el metabolismo, la sexualidad y el crecimiento. Las hormonas también influyen en el estado de ánimo de las personas, y el clima les afecta especialmente, tanto por la luz solar o su ausencia, como por una mayor o menor sensación de frío. 

"El Trastorno Afectivo Estacional va a ocurrir hasta en el 6 por ciento de la población, siendo más frecuente en el sexo femenino que en el masculino. También en este caso existe una diferencia por sexos. Este trastorno se manifiesta como tristeza, irritabilidad y disminución de la líbido, y el proceso de 'adaptación' puede durar hasta 6 semanas. Como ya hemos dicho, las que más influyen son la melatonina y la serotonina".

Estilo de vida y equilibrio hormonal

Nuestras hormonas influyen, definitivamente, en nuestro estado de ánimo. También tienen la capacidad de cumplir procesos biológicos esenciales. Es por eso, que nuestro estilo de vida puede cambiar nuestro estado de ánimo. "Por ejemplo, una alteración en la hormona tiroidea (más baja de lo normal) puede producirnos cansancio o apatía. Si está alta, llegará la sensación de nerviosismo. Otros ejemplos de cambio hormonal y emociones: la elevación del cortisol puede producir ansiedad, o la disminución de oxitocina un menor rendimiento en el trabajo.

La oxitocina es la hormona que maneja nuestra conducta, tanto la sexual y de atracción como la de necesidad de compartir con amistades. La disminución de esta hormona por culpa de la falta de horas de sol produce apatía.

Comer sano reduce, además, el riesgo de sufrir algunas enfermedades.
El estilo de vida saludable ayuda a nuestras hormonas a hacernos sentir con energía.
Freepik

Para compensar este 'bajón' hormonal provocado por el cambio de estación, la doctora recomienda seguir una dieta muy nutritiva, así como unos hábitos de vida saludables. "Si optamos por aumentar nuestra dosis de proteínas, además de saciarnos, estaremos aumentando nuestra energía por actuación hormonal. Bajar de peso, por otro lado, también contribuye a activar las hormonas 'positivas' que ayudan a mejorar nuestra visión de la vida. Si por el contrario ingerimos demasiados hidratos provocaremos el aumento de producción de insulina de nuestro organismo, y eso se traducirá en una gran sensación de cansancio".

Para finalizar e intentar equilibrar nuestro sistema hormonal a pesar del tiempo, practicar ejercicio físico es definitivo. "Además de mejorar el flujo sanguíneo que va hacia los músculos, aumentará la sensibilidad de los receptores hormonales. Todo esto se traducirá en una mejor entrada de nutrientes, en la reducción de los niveles de insulina, y un aumento de la sensibilidad a la misma. La insulina es la hormona que permite que las células absorban el azúcar del torrente sanguíneo para usarla como energía". 

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