IBON URÍA. PERIODISTA DE '20MINUTOS'
OPINIÓN

Sánchez demuestra su autoridad y vuelve al centro

Ibon Uría, periodista de '20minutos'.
Ibon Uría, periodista de '20minutos'.
JORGE PARÍS
Ibon Uría, periodista de '20minutos'.

Hace cinco años, el presidente Pedro Sánchez, era un perfecto desconocido. Había sido asesor en Bruselas, concejal en Madrid, diputado en el Congreso y se había fogueado en algunas tertulias televisivas, sí, pero nadie (salvo quizá, él mismo) lo veía como inquilino de Moncloa.

Pero en la vida de Sánchez todo cambia rápido, casi por sorpresa: logró su acta en la capital tras renunciar quienes le precedían en la lista, y en 2009 y 2013 llegó al escaño del mismo modo. Así fue como este madrileño aficionado al baloncesto accedió a sus primeros puestos.

Todo se precipitó en 2014. El PSOE, aún renqueante tras ser arrasado por el PP en las generales de 2011, se enfrentaba al reto de elegir nuevo líder. Rubalcaba asumió que su tiempo había acabado y que debía poner punto final a su etapa, en la que el partido pasó por una travesía por el desierto que parecía no tener fin. Hacía falta un impulso, renovarse, una cara nueva que devolviera al socialismo la confianza del electorado o, al menos, otorgara al PSOE el beneficio de la duda, y muchos, también Rubalcaba, miraron al vasco Eduardo Madina.

Madina, sin embargo, no era el preferido de la andaluza Susana Díaz, que planeaba su salto a Madrid: ella gobernaba la Junta, la mayor administración bajo control socialista, y encabezaba desde hacía meses la principal federación del PSOE. Merecía ser la líder. Los barones la animaron a tomar las riendas, pero dudó cuando Rubalcaba y Madina pactaron el formato del congreso: un militante, un voto. Al secretario general lo elegirían las bases. Díaz optó por no someterse al experimento y quedarse en Andalucía. A cambio, impulsó a Sánchez, que pasó de desconocido a favorito, y después, a secretario general del PSOE, gracias al apoyo de quienes habían vitoreado antes a Díaz. Su Ejecutiva era un reflejo de los favores debidos: una cúpula de cuotas y equilibrios internos.

La luna de miel entre la andaluza y el madrileño duró poco. Muy poco. Semanas después de asumir el mando, Sánchez anunció que optaría a la Moncloa. Los críticos le acusaron de incumplir el pacto que le había allanado el camino a la Secretaría General, que no contemplaba que aspirase a la Presidencia. Pero se mantuvo firme y su soledad fue en aumento, a raíz también de episodios como la fulminante destitución de Tomás Gómez o de las salidas de tono de su entonces secretario de Organización, César Luena.

Tampoco ayudaron sus resultados en las urnas: el sanchismo respiraba aliviado por evitar el sorpasso de Podemos, pero los críticos le echaban en cara que proclamase que los 90 diputados de 2015 eran "históricos".

La batalla final tuvo lugar en otoño de 2016. Con España bloqueada, el PSOE se debatía entre la abstención ante Rajoy y el riesgo a terceras elecciones, y Sánchez propuso celebrar el Congreso que el partido llevaba tiempo aplazando para revalidar su liderazgo y fortalecerse frente a sus detractores. Estos, sin embargo, no toleraron el pulso y tensaron las costuras del partido para derrocarlo. Sánchez dimitió el 1 de octubre de 2016, tras rechazar el Comité Federal su propuesta de celebrar el cónclave. Abandonó el cargo, el escaño y, mientras una gestora ordenaba al PSOE dejar gobernar al PP, superó sus dudas y preparó un regreso triunfal.

El resto es historia reciente. La historia de cómo Díaz, esta vez sí, quiso liderar el PSOE y fracasó frente a Sánchez, que encandiló a las bases al grito de "no es no" y "somos la izquierda". De cómo Sánchez compuso una Ejecutiva de fieles que se enfrentó al auge de Rivera y a la crisis catalana. Y de cómo, en un momento en que el PSOE caía en los sondeos, se sacó un as de la manga: una jugada temeraria según sus críticos –ahora dispersos y sin capacidad real de influencia– o guiada por sus principios, según sus valedores; la primera moción de censura que triunfó, la moción acabó con Rajoy tras siete años de PP.

Sánchez ya no es un desconocido. Ya no es un líder tutelado, ni parece el peligroso izquierdista que algunos caricaturizaron durante las primarias, cuando su discurso se alejó del centro. Ha reunido en tiempo récord un Gobierno moderado, meritocrático. Ha descolocado a sus rivales, que lo subestimaron una y otra vez. Y está donde siempre quiso: en la Moncloa.

  • CRONOLOGÍA. Los momentos clave de Sánchez: de líder tutelado a presidente con las manos libres.
  • 13/07/2014 Líder del PSOE. Sánchez llega a la Secretaría General aupado por los barones, que lo apoyaron frente a Madina. Tras su victoria, compone una Ejecutiva que respeta cuotas internas.
  • 01/10/2016 Empujado a dimitir. Tras los sinsabores electorales de 2015 y 2016, su investidura fallida y su paulatina pérdida de apoyos orgánicos, dirigentes territoriales del PSOE fuerzan su caída.
  • 21/05/2017 Regreso triunfal. Con un discurso de izquierdas y que defiende la plurinacionalidad de España, Sánchez derrota a Susana Díaz en las primarias del PSOE y retoma el mando.
  • 01/07/2018 Presidente por sorpresa. En apenas una semana, Sánchez acaba con Rajoy: su moción de censura tras la primera sentencia de la Gürtel descoloca a sus rivales y lo lleva a la Moncloa.
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