Iñaki Cano Redactor Sportyou
OPINIÓN

¿Qué quiere el Bernabéu?

Isco Alarcón.
Isco Alarcón.
EFE
Isco Alarcón.

"¿Qué queréis, qué queréis?", se pudo leer en los labios de Isco Alarcón durante el partido contra el CSKA (0-3).

Pues muy sencillo, Isco: la afición del Real Madrid quiere que juegues bien. Que seas el que siempre pensaron que serías y, sobre todo, que no te encares con tus aficionados, que antes te aplaudían y ahora te exigen que cumplas sin ‘númeritos’ enfrentándote a la grada que te quería y que en parte te paga.

Frente al CSKA, Isco tuvo la ocasión de marcar o de dejar que marcase Asensio... y lo que hizo fue pisar el balón y fallar el gol. Falló y encima se enfado con los aficionados del fondo norte, que le pitaron. Después, los silbidos acompañaron siempre al malagueño cada vez que tocaba el balón. Presiento que, al igual que con otros en la historia del Real Madrid, la situación se está enquistando sin posible solución de futuro.

Sin restar razón a los aficionados, deberían repartir las broncas entre todos. Es cierto que lo de Isco no está bien, pero lo del Real Madrid es aún más grave. Julen Lopetegui no dio con la tecla y los jugadores fallaron mucho más de lo esperado. Ahora con ‘el salvador’ Solari las cosas no están mejor, o eso me parece. La derrota histórica frente al CSKA demuestra que además de ‘cojones’ se necesitan más cosas.

Este Real Madrid de Solari juega igual o peor que el de Lopetegui. Exceptuando al Celta, Roma, Melilla y al Valencia, a los demás les han ganado con poco juego y mucha suerte. Y cuando han perdido, contra Eibar y CSKA, ha sido de manera estrepitosa. La plantilla ganadora de tantas Champions se ha cargado a Lopetegui y está cerca de eliminar también al doméstico Solari.

El próximo lunes estará en el sorteo de octavos como primero de grupo, pero la imagen contra los rusos la han visto en todo el mundo y es muy preocupante, desde Bale y Benzema que no ven puerta a la endeble defensa, que a veces parecen juveniles. La Copa Mundial de Clubes está a la vuelta de la esquina y, si vuelven con ella, que los árboles no les impidan ver el oscuro bosque en el que están. Y aunque estén vivos en todas las competiciones, están en crisis y que el sorteo le sea benévolo con alguna de las pocas perlitas que quedan.

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