No hubo un segundo de tregua. Los cien minutos del primer debate electoral mantuvieron la tensión. Sánchez fue diana preferente a su derecha y algo menos por la izquierda, su objetivo era mantener el tipo y apenas entró al trapo.
Casado traía bien preparados los epítetos buscando el cuerpo a cuerpo con el candidato socialista pero Rivera estuvo más vivo y efectista y fue quien lo logró.
Iglesias trató de transmitir una imagen tranquila esgrimiendo la Constitución y cargó la mano con las cloacas del Estado. La noche de este martes, segundo round.
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