Elías Israel Periodista
OPINIÓN

Lo que Maradona hizo con nuestras vidas

Cartel de la película documental sobre Diego Armando Maradona.
Cartel de la película documental sobre Diego Armando Maradona.
Twitter @MaradonaMovie
Cartel de la película documental sobre Diego Armando Maradona.

La noticia tantas veces temida, escrita de antemano en las redacciones de medio mundo, no pudo ser esta vez regateada por Diego Armando Maradona, el futbolista que iluminó nuestras vidas con el balón en los pies y que oscureció la suya en el limbo de la drogadicción y los límites sobrepasados.

Ningún momento explica mejor la dicotomía de Maradona como aquel 22 de junio de 1986, donde en apenas unos minutos marcó un gol con la mano, la mano de Dios por supuesto, y marcó el mejor gol de la historia del fútbol en unos Mundiales, convirtiéndose en el barrilete cósmico al que Víctor Hugo Morales preguntaba de qué planeta vino

Diego era esencia de fútbol en tarro pequeño, un loco bajito elevado a los altares de metafórico vengador de la guerra de las Malvinas. Fue mucho más que un futbolista, inspirador de canciones antológicas, de momentos de culto sobre el terreno de juego, incluso en un calentamiento, su voz locutando anuncios de Quilmes ponen la piel de gallina para entender la metáfora de la vida que supone el fútbol para los que lo amamos.

Su televisada vida, quizás fueron diecisiete vidas en una, le hicieron transitar en una montaña rusa de subidas maravillosas y de horribles bajadas. Si hablan con cualquier jugador argentino actual entenderán que su trascendencia es infinita. Se le amó muchísimo por ese origen humilde, por esa personalidad arrolladora, dicotómica, el futbolista del barrio que nunca dejó de ser, la estrella brillante que tropezaba tantas veces como gambeteaba. 

Elevado a los altares de Carlos Gardel o del mismísimo Papa en Argentina, a la que llevó a la cima del fútbol mundial. Venerado por igual en Nápoles, donde convirtió a un equipo menor hasta entonces en una potencia del fútbol italiano, el mundo llorará al genio de corazón grande y piernas cortas que nos enseñó el anverso del talento, la gloria y el saber colgar el peso de un país en su zurda con el reverso de las drogas y el mal ejemplo fuera del verde. 

Nadie fue capaz de generar tantísima admiración siendo tan mal ejemplo. Esa veneración lo explica la máxima que mejor define la trascendencia de un futbolista de época, un donante de emociones inigualables, un genio incomparable e incontrolable, que era capaz de arañar los corazones con un balón en los pies: “No me importa lo que hiciste con tu vida, me importa lo que hiciste con la mía”, rezaba una pancarta que lo explica casi todo.

¿Quién crees que ha sido el mejor jugador de la historia del fútbol?

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