Hace justo un mes el PP estaba en una situación muy crítica. Los cuchillos volando entre Casado, Egea y Ayuso reflejaban un partido roto, con heridas casi imposibles de coser. Parecía un enfermo que iba a necesitar una larga y dudosa recuperación. Pero la crisis ha sido tan cruenta como rápida. La llegada en tiempo récord de Feijóo ha aplacado la sangría y ese enfermo que se estaba autolesionando ya se ha curado. Todo va muy rápido en la política actual.
OPINIÓN23.03.2022 - 06:52h
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