OPINIÓN

La ansiedad ocasional es natural en la vida, pero no de forma crónica

  • Vicente Gasull es Médico de familia en Consellería de Sanitat Valencia y Coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN.
Novak Djokovic
Novak Djokovic, frustrado tras caer eliminado en Tokio.
EFE
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La ansiedad es un mecanismo de defensa que nos prepara para enfrentarnos a una amenaza, por lo que sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas que padecen trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias que no suponen ninguna amenaza real. Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo. Por eso, debemos estar alerta ante los principales síntomas si vemos que esa ansiedad puntual se convierte en persistente y desproporcionada: cansancio, inquietud, pensamientos recurrentes, agitación, tensión muscular, insomnio, dolor o presión en el pecho, sudores, miedo, nerviosismo… son algunos de los principales síntomas.

La OMS, en el año 2011, definió la salud mental como el perfecto estado de bienestar en el que uno es consciente de sus capacidades, afronta las tensiones normales de la vida y es capaz de hacer una contribución a la sociedad, la ansiedad patológica evita que se pueda alcanzar este estado de bienestar y afecta la calidad de vida de la persona que la padece.

Según los últimos estudios, la ansiedad es, con diferencia, la condición psiquiátrica más común en Europa, con una prevalencia del 14%, siendo las mujeres en la mayoría de las ocasiones el colectivo más afectado. Pese a todos estos preocupantes indicadores, los datos reflejan que estas patologías no solo están infra diagnosticadas y, por tanto, infra tratadas, sino que, además, los pacientes no recurren a los especialistas, ni hablan sobre el problema por miedo a ser estigmatizados.

En esta situación de confinamiento e incertidumbre que vivimos, es normal que aparezcan reacciones de ansiedad, estrés traumático, síntomas depresivos o insomnio. Se pronosticaba un repunte de estos procesos y estamos asistiendo a su conversión en procesos persistentes, y a que se conviertan en una patología generalizada que está afectando a una amplia proporción de la población.

Hoy son noticia las recientes declaraciones de deportistas y artistas profesionales, en las que anuncian su retirada tanto de las competiciones deportivas como del mundo de la música. Es una enfermedad que impacta en todo el mundo, y la sociedad debe ser más consciente y estar informada.

Es fundamental una detección temprana y un tratamiento médico de las formas leves-moderadas incipientes de ansiedad, para evitar que aumenten su gravedad, se cronifiquen o deriven en otros trastornos mentales como la depresión. Actualmente hay disponible un medicamento cuyo principio activo, Silexan®, un aceite esencial de Lavándula angustofila, está indicado para el tratamiento de los síntomas de ansiedad leve-moderada en personas mayores de 18 años. Este medicamento ha demostrado eficacia clínica y su perfil de seguridad permite que pueda ser dispensado en farmacia sin receta médica, lo que lo convierte en una ayuda inestimable para estos pacientes.

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