Helena Resano Periodista
OPINIÓN

No era carisma, era otra cosa

Foto cedida por la Casa Real española del rey de España, Juan Carlos I, de su viaje este lunes a la ciudad saudí de Taif para expresar su pésame al rey de Arabia Saudí Abdalá bin Abdelaziz.
Juan Carlos I en un viaje a Arabia Saudí
EFE / Casa de S.M. el Rey
Foto cedida por la Casa Real española del rey de España, Juan Carlos I, de su viaje este lunes a la ciudad saudí de Taif para expresar su pésame al rey de Arabia Saudí Abdalá bin Abdelaziz.

2020 va camino de poner patas arriba muchas cosas, algunas para bien, otras está por ver todavía. Una de ellas es lo que pueda pasar con la monarquía tras la investigación anunciada este lunes por la Fiscalía del Supremo. Este 2020 desde luego va camino de convertirse en su año más convulso, y llevan unos cuantos (divorcio de la infanta Elena, juicio del caso Nóos, ver en el banquillo a la infanta Cristina, encarcelamiento de Iñaki Urdangarin). Sí, este 2020 puede ser su particular annus horribilis.

La amistad, noviazgo, relación de don Juan Carlos y Corinna se destapó tras su accidente en Botsuana. A quién amaba el rey, con quién viajaba o qué hacía en su tiempo libre, sinceramente, no creo que sea relevante ni debería de importarnos. Sí lo que se destapó después: tras descubrirse su relación empezamos a saber lo que hasta entonces solo eran meros rumores o insinuaciones.

"Los contactos, amistades y lazos del rey abrieron muchas puertas a empresas y negocios españoles"

Hace unas semanas conocimos que poco después de aquel perdón de don Juan Carlos en muletas, a la salida del hospital, ese perdón fue un puro trámite. Al parecer no había arrepentimiento real: según denunció Arturo Fasana ante la Fiscalía suiza, don Juan Carlos viajó días después, supuestamente, con una maleta llena de dinero en efectivo, casi 2 millones de euros, para ingresarlos personalmente en la cuenta que tiene en el país helvético. ¿Cuánto dinero acumula el rey, en concepto de qué, haciendo exactamente qué todos estos años? La Casa Real admitió tras todo el escándalo que esa cuenta existe, que es del rey, pero no cuánto dinero hay. Echen cuentas. Lo que está investigando ahora la Fiscalía son, al parecer, dos ingresos: uno de 100 millones de dólares del rey de Arabia Saudí a Juan Carlos en 2008, y otro de 65 millones del rey a Corinna en 2012.

La Fiscalía entiende que hay indicios suficientes como para iniciar una investigación al rey emérito. En qué quede esa investigación, qué es lo que llegue a aclararse o no, qué decisiones se tomen, en todo eso se jugarán buena parte del futuro de la monarquía. Lo que va a investigar la Fiscalía del Supremo es si don Juan Carlos cometió blanqueo de capitales y delito fiscal. Si esto no se aclara de una forma exquisitamente transparente, insisto, no habrá cortafuegos que salve a la institución. No me cabe duda de que los contactos, amistades y lazos personales del rey abrieron muchas puertas a empresas y negocios españoles durante años. No se trataba del carisma era otra cosa. Muchos se aprovecharon de aquello, lo consintieron y cometieron un grave error callando. Ser jefe de Estado no era eso, ser jefe de Estado era otra cosa. Mejor haberlo aclarado desde el principio y nos ahorraríamos los disgustos de ahora.

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