
Miles de madrileñas y madrileños se han unido estos días en la constitución de los Foros Locales de sus distritos y han renovado el compromiso de trabajar para mejorar nuestra ciudad.
Contrariamente a lo que esgrimen sus detractores, el interés por la participación ha aumentado y se ha consolidado. En el anterior mandato, esta realidad participativa arrancó con el apoyo de tres de los cuatro partidos del Pleno, que representaban casi al 70% de los votantes de la capital. Lo mismo ocurrió con los presupuestos participativos y Decide Madrid. También se aprobó la Ordenanza de Cooperación Público Social y se creó el Observatorio de la Ciudad.
Miles de personas se han implicado en impulsar numerosas mejoras: nuevos campos de fútbol en Sanchinarro y Carabanchel, salas de ensayo en Ciudad Lineal o reformas de parques en Arganzuela.
Frente al compromiso de la ciudadanía, respondiendo a las exigencias de los elementos ultras en los que se apoya, el equipo de gobierno desmantela una estructura de participación que ha demostrado ser útil y muy necesaria: cierra el Observatorio de la Ciudad, amenaza con asfixiar a los Foros Locales, paraliza los presupuestos participativos y deroga la Ordenanza de Cooperación Público Social. Madrid no puede renunciar a la enorme riqueza que es la inteligencia y el compromiso de miles de personas dispuestas a cooperar para mejorar su ciudad. Sería un retroceso irreparable que las puertas del Ayuntamiento vuelvan a cerrarse.
El equipo de gobierno debe abandonar su inercia revanchista, su acatamiento a los dictados de sus socios ultras y dar cauce a la voz de las personas que quieren ejercer su derecho constitucional a participar en los asuntos públicos.
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