OPINIÓN

La vida sigue igual

Feijoó y Urkullu, ganadores de las elecciones gallegas y vascas
Feijoó y Urkullu, ganadores de las elecciones gallegas y vascas
EUROPA PRESS - Archivo
Feijoó y Urkullu, ganadores de las elecciones gallegas y vascas

El coronavirus ha transformado nuestras vidas, pero hay cosas que cambian menos que las canciones de Julio Iglesias. Trabajamos, salimos y estudiamos de otra manera, pero votamos lo mismo

Al menos, en Galicia y en el País Vasco la vida sigue igual, con Feijóo ejerciendo de apóstol del terruño moderado y con Urkullu demostrando al este del Cantábrico que el PNV es a la política española lo que la selección alemana al fútbol: un juego en el que, pase lo que pase, siempre ganan ellos.

En estas elecciones, los ciudadanos han buscado la seguridad de los partidos alfa de sus regiones y lo más que les han exigido es que sean fuertes en Madrid para sacarle todo lo que puedan al Satán Estado. Fin de la cita, que diría el gallego Rajoy, y regreso a los parlamentos vintage de los años noventa.

El gatopardo Lampedusa aconsejaba que, si queríamos que todo siguiera como estaba, teníamos que hacer que todo cambiase. Sin embargo, aquí, en España, pasamos de sus enseñanzas. Aquí, salvo algunos paréntesis que no son más que unos intermedios de la historia, vencen casi siempre los mismos.

Un ejemplo es el de los nacionalistas pata negra, que tunean sus discursos con referencias verdes y feministas y esconden sus mitos más casposos para revestirse de una modernidad de Tik Tok de medio pelo capaz de atraer a los nuevos votantes, que lo mismo te piensan que el BNG es cool como que Bildu es un partido flama y guay porque hacen vídeos para las redes mucho mejores que los de Podemos, ninguneados hasta la irrelevancia en Galicia y casi tan noqueados como el PP y Ciudadanos en Euskadi.

Lo dicho, la vida sigue igual. Y la política, también.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento