Muchas personas llevan meses sin poder ir a ver a sus familiares, pero mañana, un selecto grupo de madrileños –en concreto, los jugadores del Getafe– podrán ir a Granada a jugar un partido de fútbol. Muchos trabajadores aún no pueden pisar sus puestos de trabajo; sin embargo, sí pueden salir a cenar a un restaurante. Y ya se puede ir a museos, pero no se puede ir a dar el último adiós a un amigo fallecido. La desescalada está siendo de todo menos lógica y justa. A la nueva normalidad le pido lo contrario: menos discrecionalidad y más sentido común.
OPINIÓN10.06.2020 - 06:38h
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