El jefe de la oposición en España nos tiene acostumbrados a todo tipo de figuras retóricas cada vez que tiene un micro delante. La más reciente es que “España está quebrada”. Una hipérbole más, pero no una hipérbole cualquiera. Los ataques a la solvencia de nuestro país han sido constantes desde que se produjo la moción de censura en junio de 2018.

Si no fuera porque la actitud del Partido Popular, ya sea por acción u omisión, daña la credibilidad económica, social y, desde luego, política de nuestro país y de nuestra ciudadanía se le podría hasta ignorar. Sin embargo, su actitud es deleznable, desleal y corrosiva.

Las cicatrices que han dejado las dos crisis lastran el futuro de las personas. Y, especialmente, la autoestima de los jóvenes y las mujeres. Según datos de Eurofund, el Covid-19 ha generado un aumento del 0,4% de la brecha de género en el ámbito laboral entre abril y septiembre de 2020.

Y a pesar de que nunca, como hasta ahora, la mujer se había incorporado en el mercado laboral, las dificultades a las que se enfrentan son múltiples y pueden parecer crónicas. Si bien las políticas en igualdad han sido una constante con gobiernos socialistas, la brecha de género laboral, salarial y en pensiones aún nos lastra colectivamente.

"A pesar de que nunca, como hasta ahora, la mujer se había incorporado en el mercado laboral, las dificultades a las que se enfrentan son múltiples y pueden parecer crónicas"

Sabemos que las pensiones de jubilación dependen de las trayectorias laborales. Desde el número total de años cotizados, al periodo de cómputo de la base reguladora, el importe del salario o la base de cotización, es evidente que las mujeres se encuentran condicionadas por la brecha salarial, el techo de cristal y las lagunas de cotización. Así que acabar con la brecha en pensiones exige acabar con la brecha salarial.

Y las medidas adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez van en esa dirección. Los dos decretos para implantar los planes de igualdad y su registro, así como la igualdad retributiva entre mujeres y hombres, o acabar con la temporalidad y la parcialidad está en el punto de mira de la reforma laboral.

Asimismo, el Pacto de Toledo se marcó como prioridad acabar con la brecha de género en pensiones. Así, en su Recomendación 17 “mujeres y seguridad social”, se sientan las bases del complemento de maternidad y paternidad reconocido a las mujeres y hombres con hijos o hijas aprobado por el Real Decreto Ley 3/2021, que fija el rumbo para erradicar la brecha de género. El coste de oportunidad es determinante para nuestro futuro colectivo. Hay que pensar que el hecho de que las mujeres mayores no tengan capacidad económica supone la renuncia del conjunto de la economía y la sociedad al consumo privado. Una merma que supone una merma en la actividad económica y, por ende, una menor tributación. Un lastre para la economía española y para la vida de las mujeres.

"El hecho de que las mujeres mayores no tengan capacidad económica supone la renuncia del conjunto de la economía y la sociedad al consumo privado"

Y seguramente no es suficiente. Para ello el Gobierno de España ha marcado la hoja de ruta con España 2050. Objetivos claros en los que pone negro sobre blanco que en 2050 la brecha salarial será el 0%, para poder situarnos así a la altura de los países de la UE.

Y aquí me vienen las palabras de Pablo Casado cuando se presentó el proyecto España 2050, al cual consideró “un insulto a las personas que lo están pasando mal”. Mientras unos se dedican a dibujar nubarrones en el presente y en el futuro, los socialistas hacemos camino y diseñamos un país más igualitario, cohesionado y feminista.

¿Se puede hacer frente a esta acumulación de fatalidades que hemos sufrido como país con las dos crisis y esta oposición infumable? Sí, con un proyecto de país. Y España lo tiene.