José María Lanzuela Asociado de Economics en PwC
OPINIÓN

De la Covid a la inflación: la montaña rusa de la Bolsa

El Ibex 35 abre con caída del 2,7% y se sitúa por debajo de los 8.600
El Ibex 35 abre con caída del 2,7% y se sitúa por debajo de los 8.600
Europa Press
El Ibex 35 abre con caída del 2,7% y se sitúa por debajo de los 8.600

El inicio de año está siendo convulso para el mercado bursátil. Por si el “terremoto” de la covid-19 no estuviese siendo suficiente, empiezan a preocupar sus réplicas, de mayor magnitud cada vez. La inflación fue la primera, temporal al principio, permanentemente temporal después, y quién sabe si permanente al final. Como consecuencia, vinieron las amenazas de subidas de tipos de interés, con una evolución similar en el discurso. Y para rematar, a todo esto, se sumó en enero la amenaza de invasión de Rusia a Ucrania, con potencial de desembocar en una guerra mundial.

Más allá de las consecuencias sociales y políticas de estas réplicas, preocupa su impacto en la bolsa. A cierre de la semana pasada, el índice de referencia estadounidense, el S&P 500, perdía más de un 7% en lo que va de año; y su homólogo tecnológico, el Nasdaq, casi un 12%. En Europa, la foto es más heterogénea, con subidas y bajadas algo más contenidas, y con el Ibex-35 en el bando de los que crecen un poco. 

Por el momento, el binomio inflación-tipos de interés está siendo el principal responsable de este mal comportamiento, aunque ya empieza a ser casi aburrido hablar de ello. Venimos de años muy buenos para la bolsa, en parte por los bajísimos tipos de interés tanto en EE UU como en Europa, que han puesto dinero extra en manos de los inversores y han hecho que la renta variable sea comparativamente mucho más atractiva que la fija. Esto último, además, ha empujado a muchos de estos inversores a recalibrar su perfil de riesgo: si los bonos no dan rentabilidad, y no quiero perder poder adquisitivo por el efecto de la inflación, no me queda otra que incrementar mi exposición a bolsa.

Esta exposición se ha acumulado principalmente en acciones tecnológicas estadounidenses, que han sido las más castigadas. Esto, según la teoría financiera, es lo lógico, ya que son las que más sufrirían por las subidas de tipos (dependen más de la financiación y los beneficios futuros, que valen menos hoy cuanto mayores son los tipos), pero está haciendo que los inversores empiecen a sentirse incómodos con su perfil de riesgo. 

"Lo más razonable parece esperar y ver qué pasa con las réplicas del covid-19"

A futuro, las subidas de tipos podrían devolver atractivo a la renta fija, pero por ahora no lo hacen lo suficiente como para compensar el incremento del nivel de precios. Mientras, nos toca lidiar con un periodo de elevada volatilidad, vinculada a una inflación incierta, en gran parte por su componente energético; a una economía que podría tambalearse si las subidas de tipos le pillaran a contrapié; y a un contexto geopolítico inflamable.

Sin embargo, cuesta imaginar que esta corrección tecnológica vaya a ser persistente, teniendo en cuenta la fortaleza de estas compañías y su papel protagonista en la digitalización y la nueva revolución industrial. Lo más razonable parece esperar y ver qué pasa con las réplicas del covid-19, no tomar decisiones precipitadas, y confiar en que pierdan intensidad, en vez de tornar en tsunami.

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