El pasado domingo se estrenó la versión española de RuPaul’s Drag Race y, sin duda, es la mejor adaptada. Con la drag queen Supremme de Luxe como maestra de ceremonias, el exitoso programa que arrasó en su estreno digital nos presentó a las aspirantes a convertirse en la drag más importante de nuestro país, pero eso no es lo más destacado.

Este jueves se vio en abierto el primer capítulo de esta joya y, pese a que quedó relegado a la madrugada, es muy necesario dar visibilidad a lo diferente y a lo que viven miles de personas en nuestro país, en ocasiones, siendo juzgadas por ello. España es arte y diversidad y en Drag Race tenemos todo esto y mucho más.

España es arte y diversidad y en 'Drag Race' tenemos todo esto y mucho más

Este programa es color, alegría, diversión, genialidad y sobre todo calle. Algo que la televisión de nuestro país necesita mucho. La calle es el pulso a la realidad, es la verdad más verdadera en su esencia más pura y, si bien es cierto que un programa de reinonas con plataformas no representa un amplio sector de la población, también es justo decir que ese sector durante muchos años ha sido ridiculizado, castigado, invisibilizado e incluso utilizado solo para bromas, chistes y clichés varios que lo único que han hecho durante años ha sido potenciar la homofobia y el acoso al diferente.

Necesitamos ver para conocer y Drag Race nos lo permite. Nos enseña sin maquillaje a esos grandes artistas que, para muchos, siguen siendo solo maricas con peluca. Nos demuestra que detrás de la mofa fácil hay inteligencia, preparación, historias de superación y vidas humanas que necesitan ser contadas para curar y para ayudar a curar. Es divertido, real y mordaz. En pleno mes del Orgullo deseo que todos nos sintamos orgullosos de ver pluralidad y talento en nuestro entretenimiento. Ojalá se superasen los miedos y esto llegase al prime time.