Carmelo Encinas Asesor editorial de '20minutos'
OPINIÓN

La internacional populista, de luto

Donald Trump, abandonando la sala de prensa de la Casa Blanca.
Donald Trump, abandonando la sala de prensa de la Casa Blanca.
EFE
Donald Trump, abandonando la sala de prensa de la Casa Blanca.

Los 67 días que restan para que Donald Trump salga de la Casa se harán eternos. El mundo respira desde que vio clara la victoria de Joe Biden, pero los zarpazos agónicos del candidato derrotado indignan e inquietan a propios y extraños por el desprestigio institucional que provoca en el país más poderoso del planeta. 

La exhibición del mal perder que está dando Trump nos muestra la realidad de un personaje cuya falta de catadura moral está yendo mucho más lejos de lo imaginable, provocando una suerte de terror retrospectivo al constatar las manos en las que estuvo el mundo estos cuatro años. Esa resistencia a reconocer la derrota fantaseando con un supuesto fraude en el que nadie cree y apelando a teorías conspirativas carentes de cualquier fundamento torpedea una democracia en la que siempre reinó la credibilidad y el fair play.

"Con la caída del trumpismo cae también el gran referente de la internacional populista"

Su derrota ha revelado hasta qué punto estamos ante un personaje bronco, amoral y pendenciero al que no le importan ni su país ni sus paisanos porque la única adoración que practica es la de su propio ego. Esa percepción es la que tuvieron los 77,5 millones de norteamericanos que decidieron votar a Joe Biden, un candidato que, al principio, no parecía capaz de plantar cara al experto en manipular a la ciudadanía con su actitud altanera, sus bravatas y falsedades.

Biden no era un candidato arrollador ni carismático y en su contra pesaban los 76 años ya cumplidos, una edad más propia de planificar la jubilación que de conquistar la Casa Blanca. Ganó las primarias demócratas no por el entusiasmo que generaba, sino por ser el candidato que menos rechazo suscitaba. Con esas credenciales y la experiencia de haber trabajado como vicepresidente de Barack Obama compareció a la batalla electoral contra el político más marrullero de los Estados Unidos.

La pandemia desnudó a Trump, y su actitud burlesca frente a la Covid, lejos de beneficiarle, impulsó al candidato demócrata. La de Joe Biden no fue una campaña espectacular ni sus mítines e intervenciones públicas levantaban pasiones, simplemente se mostró como es, una persona serena, equilibrada e instalada en la moderación. El contraste con el histrión que tenía enfrente fue suficiente para que millones de ciudadanos que tradicionalmente nunca votan decidieran hacerlo con tal de sacar al actual inquilino de la Casa Blanca. Nadie en la historia de aquel país recibió tantos votos como Joe Biden y aunque a Donald Trump también le votaron muchos el deseo imperante fue su derrota más que la victoria de su rival.

"Boris Johnson queda huérfano en la fase crítica de la negociación del 'brexit' con Bruselas"

Con la caída del trumpismo cae también el gran referente de la internacional populista que alentó y sembró de minas la política mundial su antiguo asesor Steve Bannon. Personajes como Bolsonaro en Brasil, Orbán en Hungría, Abascal aquí en España y, sobre todo, el más relevante de sus hijos putativos.

Boris Johnson está de luto. El premier británico queda huérfano en la fase crítica de la negociación del brexit con Bruselas, justo el momento en que más necesitaba al matón de su lado.

Ahora, por fortuna, y aunque el 20 de enero haya que sacar a Trump del despacho oval como a un borracho de una discoteca, ya solo importa lo que diga u opine Joe Biden. El hombre tranquilo que batió al capo de la internacional populista.

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