Carlos Santos Periodista
OPINIÓN

Broncas internas

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el líder del PP, Pablo Casado.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el líder del PP, Pablo Casado.
EUROPA PRESS
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el líder del PP, Pablo Casado.

Aunque me crie como periodista contando las broncas internas de la UCD, el PCE y el PSOE, aún me fascina que sean noticia de primer orden esas broncas, ya sea en un partido o en un gobierno. La democracia es un sistema de convivencia entre diferentes, por lo que, en pura teoría, deberían ser obligatorias, e incluso saludables, las discrepancias y los debates para intentar encarrilarlas.

A Felipe González le vino muy bien, en sus tiempos de mayorías absolutas, que de su Gobierno salieran mensajes diferentes (los del universo Boyer/Solchaga, próximos al liberalismo económico, y los del universo Alfonso Guerra, con un puntito más de sensibilidad social)… de ese modo llegaba a más sectores del electorado. A Rajoy nunca le perjudicó la cruenta disputa entre Sáenz de Santamaría y Cospedal, que en cierto modo contribuía a reforzar su liderazgo.

Ponen a prueba el liderazgo de Pablo Casado y le dan un aviso: ya se están probando la ropa que creen que en un par de años va a dejar

Las diferencias entre el sector del Gobierno representado por Nadia Calviño y el representado por Yolanda Díaz son inevitables, dada la génesis de la coalición gobernante y la de Unidas Podemos. Si las gestionan con inteligencia, no tienen por qué perjudicar a un pacto que funciona razonablemente bien, para ser el primero de este calibre, y que podría tomar nuevas dimensiones si algún día Díaz saca adelante su propio proyecto. Las tensiones internas del PP tampoco son tan graves, pero ponen a prueba el liderazgo de Pablo Casado y le dan un aviso: ya se están probando la ropa que creen que en un par de años va a dejar.

Aunque Ayuso apele al poder de los votos, en los partidos funcionan otros poderes

Ni en un caso ni en otro va a llegar la sangre al río, por el momento. Otra cosa será cuando alguno/a de los/as discrepantes juegue al quítate tú pa ponerme yo sin medir bien sus propias fuerzas. Aunque Ayuso apele al poder de los votos, en los partidos funcionan otros poderes y, en circunstancias extremas, quienes controlan los aparatos solo saben jugar a vencer o morir. Que le pregunte a Susana Díaz

Mostrar comentarios

Códigos Descuento