Pillajes en comercios, motines alrededor del reparto de ayuda humanitaria, linchamientos públicos. A la crítica situación en la que se encuentra Puerto Príncipe seis días después del terremoto hay que sumar ahora el caos de la vida en un lugar devastado donde el Estado es impotente para restaurar un orden mínimo.

De las pocas noticias positivas de estas últimas horas, el rescate in extremis de una niña y dos adultos vivos bajo un supermercado,  el de una mujer que estuvo 80 horas sepultada bajo los escombros o el otra mujer -embarazada- que sanitarios españoles salvaron la vida y ayudaron a tener el bebé. Las peores, dos muertes debido a los saqueos. Un hombre, tiroteado por la policía, y otro ajusticiado públicamente por una turba de personas, que lo quemó y pegó.

El Gobierno haitiano, que este fin de semana se ha planteado la posibilidad de quemar los cuerpos de los fallecidos (25.000 oficialmente reconocidos, más de 100.000 posibles, según fuentes ministeriales) para evitar el desarrollo y extensión de las temidas epidemias, ha organizado campamentos de refugiados donde, como en el de Plaza de Saint Pierre, apiñados malviven cerca de 10.000 ciudadanos.

La tan esperada ayuda internacional llega, pero con cuentagotas. El presidente de EE UU, Barack Obama, anunció el sábado un plan integral 'Clinton - Bush' para coordinarla. Pero, pese a todo, el efecto lenitivo de los paquetes con materiales de primera necesidad es aún muy poco visible entre tanta muerte y destrucción.

Además, gran parte de los esfuerzos logísticos deben emplearse en proteger los alimentos antes que en repartirlos. El ejército estadounidense ha optado, en ocasiones, por lanzar los paquetes la comida desde helicópteros suspendidos en el aire, y la ONU asegura que ya no anuncia nunca el lugar donde va a distribuir la carga de ayuda para evitar tumultos.

"Catástrofe histórica" para la ONU

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, está ya en Haití. Llegó este domingo a la isla, ha propuesto que la UE organice una misión especial al país caribeño, bajo el amparo de la ONU para llevar a cabo labores humanitarias y de reconstrucción urgente en Puerto Príncipe, capital devastada por el terremoto del pasado martes.

La ONU, que por medio de un portavoz ha calificado la situación de "desastre histórico" está evaluando la apertura de un corredor humanitario por tierra entre la República Dominicana y Haití, para multiplicar los cauces de distribución de la ayuda exterior, puesto que el aeropuerto de la capital haitiana esta desbordado por la gran cantidad de aviones que llegan de todo el mundo. Sin embargo, la gran dificultad es desbloquear las carreteras dañadas por el seísmo y garantizar la seguridad.

España donará 5 millones

La vicepresidenta primera del gobierno español, Maria Teresa Fernández de la Vega, que como Ban llegó este domingo a Haití, anunció por su parte la donación de 5 millones de euros para la financiación de proyectos de servicios públicos esenciales y el envío de un buque medicalizado.

Las nuevas ayudas españolas anunciadas se suman a los tres millones de euros comprometidos tras la catástrofe para hacer frente a los gastos inmediatos de la emergencia y a una transferencia de otros 3 millones en favor de la Organización Panamericana de la Salud para medicamentos y material sanitario.