Tras la liberación este martes del Alakrana, las familias de los tripulantes han convocado una rueda de prensa, en la que la hermana del capitán, Argi Galbarriatu, que acababa de hablar con él, ha agradecido al Gobierno español y a los medios de comunicación que todos estén sanos y salvos tras 47 días de secuestro.

"Están aliviados, pero aún no se lo creen mucho. No esperábamos que los liberasen hoy, aunque sí esta semana", ha asegurado Galbarriatu.

Silvia Albés, esposa del marinero gallego Pablo Costas, ha manifestado estar "encantada sabiendo que vuelven a casa", para añadir que, una vez que llegue su marido, se lo va a "comer a besos. Las palabras sobrarán".

La noticia oficial de la liberación la ha recibido del secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, a las 14,45 horas. En una breve conversación le habría comunicado: "están libres. Ya os daremos más información", para añadir que por el momento no se sabe cuándo podrían llegar a España los marineros.

Pese a esa felicidad, Albés reconoce algo de tristeza porque el secuestro se prolongase durante 47 días.  "Ahora tenemos que estar ahí y dar nuestra mejor cara", ha dicho la mujer del marinero, al tiempo que ha informado de que por el momento no había podido contactar directamente con Pablo. "Estoy esperando que llame en cualquier momento", ha afirmado.

El padre del tripulante de Nigrán (Pontevedra) Joaquín Fernández ha indicado que aún no ha podido hablar con su hijo porque "tienen los aparatos arrancados y sólo tienen unas líneas de satélite que no dan abasto", pero ha reconocido que ya se encuentran "más tranquilos" y espera poder hablar con él en las próximas horas.

"Están con la fragata española al lado y van camino de las Islas Seychelles, de allí podrían coger un avión a casa y podrían llegar el domingo o el lunes", ha afirmado Joaquín Fernández, que lleva el mismo nombre que su hijo, tras explicar que supone que el atunero deberá quedarse allí para "ser reparado".

Por su parte, Mónica Yáñez, la esposa del electricista del Alakrana, Antonio Manuel Pérez Fernández, que reside en Boiro (A Coruña), ha manifestado también su "alegría" por la liberación y ha señalado que ahora lo único que quiere es "escuchar su voz". "No estoy para nadie, sólo quiero hablar con él", ha aseverado visiblemente emocionada.