El número total de fallecidos es de 964, bastantes menos que los 10.000 que, en un primer momento, se temió encontrar. En la zona del Mississippi los muertos ascienden a 221, según fuentes oficiales.

Las autoridades de Luisiana han asegurado de que la búsqueda seguirá siendo llevada a cabo por una empresa privada, contratada por el estado, para atender a aquellos ciudadanos que vean algún cadáver.

“Seguirán encontrándose cuerpos. Por ejemplo, si una casa ha sido cerrada y nadie ha sido capaz de entrar”, ha señalado el portavoz del Departamento de Salud.

Nueva Orleans vuelve a la normalidad

Mientras tanto, Nueva Orleáns va volviendo poco a poco a la normalidad. Los niños han comenzado sus clases este lunes. Cientos de personas han regresado a la ciudad en estos últimos días, después de que las zonas anegadas por las inundaciones se hayan reabierto.

Los negocios se están abriendo y los suministros energéticos han comenzado a funcionar de nuevo, aunque solo una parte de la ciudad dispone de agua potable. El alcalde, Ray Nagin, ha creado una comisión para reconstruir la ciudad y ha pedido rebajas fiscales para devolver a la vida a Nueva Orleáns.

La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, ha solicitado al presidente George W. Bush y al Congreso que aprueben ayudas federales para  pagar los sueldos de los trabajadores de la ciudad y el estado durante el periodo de emergencia.

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