Los nuevos contenedores soterrados ya están completamente operativos en el número 9 de la calle Manuela Malasaña, el número 1 de la calle Serrano Jover y el número 3 de la calle Divino Pastor. Son los primeros emplazamientos en los que se han terminado los trabajos dentro de los 90 contenedores de este tipo de papel-cartón, plástico-metal-brik y vidrio que se instalarán en 30 espacios del distrito Centro. 

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida ha visitado uno de los tres primeros puntos de este nuevo sistema que permite seguir trabajando en "la mejora continua de la limpieza y recogida de residuos en la ciudad, uno de los objetivos prioritarios del Ayuntamiento" para hacer de Madrid "una ciudad más limpia". Este modelo está incluido en el contrato de contenerización, recogida y transporte de residuos que entró en vigor en 2022 y que también ha permitido aumentar la frecuencia de recogida e implantar 30.000 nuevos contenedores más accesibles y ergonómicos. 

Tras estas tres primeras ubicaciones en el barrio de Universidad, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad ya está trabajando en otros 11 puntos del distrito Centro para la instalación de contenedores soterrados. Estarán ubicados en las calles Campoamor, Gravina, Valverde, Serrano Anguita, General Mitre, Mejía Lequerica, Fernando VI, Príncipe, Embajadores, Fuencarral y la plaza de las Salesas. El resto de los 16 emplazamientos está en fase de proyecto. 

Los nuevos contenedores permiten reducir los costes de reparación y mantenimiento porque, al estar construidos a partir de módulos, se puede reemplazar pieza por pieza sin necesidad de sustituir el conjunto completo. Además, tanto los materiales como la pintura y el sistema de insonorización los dotan de una mayor resistencia a cualquier ambiente y a distintas condiciones climáticas. 

Menos olores, ruidos y vandalismo

Con la sustitución progresiva de los contenedores en superficie por los soterrados, se consigue reducir el impacto visual en un entorno histórico como el distrito Centro. La instalación de estos nuevos elementos permite ganar espacio en las aceras, al tiempo que mejora la limpieza del entorno y lo hace más transitable. Además, son contenedores más accesibles al tener la boca de carga situada a menor altura que los convencionales, en concreto, a 90 centímetros desde el itinerario peatonal accesible. 

Este modelo tiene menor impacto por posibles olores, especialmente en el caso de los residuos que puedan descomponerse, ya que no sufren insolación directa y tienen menos aberturas al exterior. Permiten, asimismo, reducir las molestias por ruido, especialmente el impacto sonoro en el proceso de depósito de residuos como el vidrio. El sistema cuenta con contenedores herméticos de tapa abatible y cierre automático silencioso. Al mismo tiempo, su configuración reduce el riesgo de vandalismo, ya que los residuos quedan fuera del alcance de las personas. 

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Este modelo de contenedores soterrados ya ha sido implantado en el distrito de Salamanca, con un total de 51 contenedores en 18 puntos y se enmarca en la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 que tiene como uno de sus objetivos mejorar el mantenimiento de estos espacios y la propia recogida de los residuos, así como la estética y el impacto visual que estos espacios generan en su entorno. El gasto total para el servicio es de 1.506 millones de euros en seis años.