Un estudio revela que a los jóvenes les hace falta con urgencia "educación sentimental" para afrontar la pérdida de las amistades

Grupo de adolescentes.
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Grupo de adolescentes.

"Jo, qué pena, con lo amigos que éramos". Esta reflexión, que revela la tristeza que provoca la pérdida de una amistad, la expresa uno de los 40 participantes en El valor de la amistad en la adolescencia y la juventud 2023, una investigación cualitativa realizada por FAD Juventud y la Fundación SM. Este estudio revela los riesgos de las nuevas tecnologías en las relaciones y en él sus autores concluyen que urge "mejorar la educación sentimental asociada a la pérdida de amistades".

Socialmente, dicen, se educa para afrontar la muerte y se asume el duelo por la ruptura de pareja, pero no se educa para la pérdida de la amistad, ni para afrontar el duelo correspondiente, con estrategias de aceptación y superación.  

Ignacio Megías, investigador social y autor de este estudio —basado en discusiones grupales, triangulares y diarios personales de 40 jóvenes de 15 a 29 años de Barcelona, Madrid, A Coruña y Córdoba— ha desgranado este jueves las principales conclusiones de su informe. Megías ha subrayado que la amistad en la adolescencia y la juventud es un valor "fundamental" que marca cómo las personas empiezan a ser protagonistas de la vida: "Te enseña cómo eres, te da tu mejor versión y te enseña cosas de ti que no te gustan tanto y que tienes que trabajar". 

En la investigación, Megías ha descubierto que hay cosas que no cambian, como que los adolescentes tienden a juntarse con iguales, aunque ellos destaquen como "un factor enriquecedor" relacionarse con gente de diferente estrato social. La realidad, sin embargo, demuestra que adolescentes y jóvenes se conocen por casualidades como "compartir un apellido en clase, sentarse en el pupitre de al lado o pertenecer al mismo equipo".

Los jóvenes analizados describen "con un halo mágico" la chispa que enciende la amistad, aunque el investigador ha visto que para afianzar los lazos de confianza se tiene que "disfrutar de las afinidades y compartir rutinas". A edades tempranas, ha explicado, la ideología no se expresa para evitar conflictos y encasillamientos, pero el sentido del humor es un nexo necesario y la manera de compartir un tipo de valores.

Para la juventud española postpandemia la amistad duradera se sustenta en dos conceptos clave: confianza y lealtad. "Son los dos valores top", ha señalado Megías. "Confianza supone ser consciente de que hay un espacio de intimidad en el que puedes ser tú mismo sin ser juzgado, y lealtad es la seguridad de que esa confianza no va a ser traicionada", ha añadido. Otros valores, sinceridad y empatía, aparecen más adelante, en la transición de la adolescencia a la juventud, cuando también surgen conceptos como el equilibrio de las expectativas y la dedicación.

Los riesgos en los nativos digitales

Uno de los capítulos centrales de la investigación aborda cómo la tecnología influye en la amistad juvenil de los llamados nativos digitales. Y lo que han descubierto viene a romper el cliché de que las pantallas aíslan, porque para la juventud analizada "las redes sociales son vitales para expresar preocupaciones" y en ellas muestran "una notable responsabilidad en la comunicación". Los jóvenes, han asegurado, se esfuerzan, por ejemplo, en "no dejar a sus amistades colgadas" en la conversación digital. Esta actitud refleja, a su juicio, "compromiso serio con la empatía hacia los demás".

Sin embargo, sí han detectado tres riesgos prevalentes en la amistad condicionada por la tecnología: la ansiedad en la gestión del tiempo de respuesta, la saturación o sobreexposición, y sobrestimar las relaciones en el entorno online. Con todo, muchos jóvenes están estableciendo "límites claros y aprendiendo a priorizar las interacciones significativas sobre la rapidez". Entre sus herramientas para combatir la saturación están los "periodos de desconexión" que los investigadores valoran como "habilidad de autonomía y de salud mental".

"El hecho de que ahora haya que estar presentes de manera online les hace que tengan que encontrar el equilibrio entre guardar su parcela de intimidad y mantener la presencia. No es fácil aprender a equilibrar esa comunicación", ha ahondado Megías, para quien es necesario comprender que "la gestión emocional no viene de serie tampoco en los nativos digitales, y también conviene educarla".

¿Qué sucede cuando se acaba la amistad?

Megías ha hecho hincapié en la constatación de la falta de diálogo público y acompañamiento ante la ruptura de las amistades. "Las pérdidas se cuentan desde la pena y nostalgia, es una pérdida para la que no estamos preparados, y se puede vivir con mucha dureza", ha explicitado. Aunque con el tiempo los jóvenes suelen aprender que hay lazos diferentes y cambiantes, el fin de una amistad suele traer "disgustos", "problemas" y "un poso amargo", por eso ha manifestado la necesidad urgente de empezar a "educar para afrontar estas rupturas". 

El estudio sostiene que la juventud asume la resignación de la amistad terminada por la vía de "rebajar las expectativas", pero los investigadores sugieren que esto desata emociones y sentimientos de culpabilidad por no haber sabido conservar algo que teóricamente era ideal". 

La resignación y la amargura que transmiten en sus comentarios los jóvenes ante las rupturas hace a los investigadores concluir que "socialmente no se educa para la pérdida de la amistad, ni para afrontar el duelo correspondiente", como sí se hace con las rupturas de pareja, de las que se habla públicamente, se aborda y se ofrecen estrategias de aceptación y superación y ven la urgencia de "mejorar la educación sentimental asociada a las relaciones de amistad". 

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