Así es la vida de César Román, el Rey del Cachopo, en la cárcel: acude a misa, estudia derecho y se enamoró de su abogada

Agentes escoltan a César Román 'el Rey del Cachopo' en la Audiencia de Madrid.
Agentes escoltan a César Román 'el Rey del Cachopo' en la Audiencia de Madrid.
EFE
Agentes escoltan a César Román 'el Rey del Cachopo' en la Audiencia de Madrid.

Dueño de un restaurante especializado en cachopos, joven falangista infiltrado en sindicatos progresistas y promotor de un máster falso, son solo algunas de sus múltiples caras. Y no son las peores. César Román cumple, a día de hoy, 15 años de prisión por el asesinato de la que fuera su ex pareja, Heidi Paz: la mató, la descuartizó, metió sus restos en una maleta y prendió fuego a su cuerpo. Ahora, cinco años después de su entrada en la cárcel, 'El Rey del Cachopo' ha admitido su crimen y ha asegurado encontrar el perdón en su 'oración y encuentro con Jesucristo'.

¿Cómo es su vida en prisión?

César Román cumple condena en la prisión de Alcalá Meco, que acoge a más de 1000 internos distribuidos en site módulos. Allí, en una de las celdas equipadas con ducha, litera y aseo, vive César, que ahora se hace llamar "Cachopo" o "Cachopín". Sin embargo, a pesar de su insistencia, no ha logrado que le dejen trabajar en la cocina, según asegura Telecinco.

Sí que ha repartido los desayunos, las comidas y las cenas. Además, es el primero en levantarse para ir a las duchas, como el mismo ha confesado a los medios, y acude con frecuencia a las misas religiosas que se celebran en la prisión. También practica deporte, lee sobre gastronomía y estudia Derecho.

Enamorado de su abogada

Tras la publicación de la carta en la que César Román reconocía su culpa, su letrada, Ana Isabel Peña, afirmaba que se trataba de un mero arrebato y 'El Rey del Cachopo' decidía despedirla. 

Según La Vanguardia, Peña asegura que Román le ha enviado a lo largo del tiempo un sinfín de cartas con frases como: "Te quiero mucho, mi niña preciosa" o "No sabes lo que siento por ti", llegando a llamarla por teléfono hasta en 15 ocasiones cada día.

Cuenta también que el preso intentó quitarse la vida varias veces: "Quería cortarle las alas, pero no quería que se viniera abajo porque César ha tenido varios intentos autoliticos". Él, por su parte, afirmaba que "Para mí Ana es una persona muy importante en mi vida, de hecho le debo la vida a Ana, y no estoy hablando en términos hipotéticos, estoy hablando en términos reales".

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