El Gobierno está convencido de que las fuertes cifras de creación de empleo que se han visto tras el fin de la pandemia se mantendrán al menos durante dos años más. Así, las previsiones que maneja el Ministerio de Economía capitaneado por Carlos Cuerpo apuntan a que la economía nacional incorporará unos 900.000 nuevos puestos de trabajo entre 2024 y 2025.
De ellos, 507.000 se generarán este año y los 368.000 el ejercicio próximo, según calcula el Ejecutivo. En lo que llevamos de año, la Seguridad Social ya ha sumado 230.000 afiliados en términos desestacionalizados, algo menos de la mitad del objetivo previsto para 2024.
Estos aumentos en la ocupación que espera el Gobierno permitirían reducir la tasa de paro al 10,7% al final del año que viene. Un descenso de 1,4 puntos porcentuales en comparación con el nivel de cierre de 2023, pero que dejaría el nivel de desempleo todavía muy lejos de las cifras que presentan la mayoría de países europeos.
Además, implicaría plantarse en el ecuador teórico de la legislatura con una tasa de paro todavía alejada del objetivo del 8% que se marcó el PSOE en la campaña de las pasadas elecciones generales. Llama la atención como, mientras se prevé que la creación de empleos aumente en 4,1 puntos porcentuales hasta 2025, la tasa de paro se reduciría solo 1,4 puntos. La razón es que una parte importante de esos puestos de trabajo que se crearán no los ocuparán parados, sino personas que ahora mismo no están en el mercado laboral, como trabajadores extranjeros.
Crecimiento "equilibrado, robusto y diferencial"
El ministro ha presentado estos cálculos, que forman parte del Programa de Estabilidad que España remitió a Bruselas hace unos días, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En ella, Cuerpo ha realizado un diagnóstico sobre el estado de la economía española en la actualidad.
El director de la política económica del país ha defendido que España tiene un patrón de crecimiento "equilibrado, robusto y diferencial" en comparación con los principales socios europeos. Un crecimiento que se ha mantenido también en los tres primeros meses del año, en los que el PIB se anotó un avance del 0,7% en comparación con el cierre de 2023.
Con este telón de fondo, el Gobierno espera que la economía española crezca un 2% este año y un 1,9% el siguiente, según estiman los técnicos del ministerio. Previsiones que van en la línea de la de los grandes analistas internacionales para este bienio y que sitúan a España en una senda de crecimiento superior a la de las grandes economías de la UE.
Eso sí, con un matiz importante: el PIB per cápita, el indicador que mejor refleja cómo se está repartiendo ese crecimiento en la población, solo está un 0,3% por encima del nivel que marcaba antes de la pandemia. Un dato que refleja que el notable crecimiento obtenido estos años se ha generado fundamentalmente al incorporar más mano de obra a la economía, no a una ganancia de eficiencia.
Comentarios