Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

La historia interminable en Gaza

Israel reacciona tras la votación en la Asamblea General: "Es un premio a los terroristas de Hamás"
Israel reacciona tras la votación en la Asamblea General: "Es un premio a los terroristas de Hamás"
Israel reacciona tras la votación en la Asamblea General: "Es un premio a los terroristas de Hamás"

El pasado domingo 12 de mayo comenzaron en Israel las ceremonias del Día Conmemorativo de los Soldados Caídos de Israel y de las Víctimas de Actos Hostiles. Según cifras del Ministerio de Defensa y de la Seguridad Social, a la lista de caídos durante el año pasado se sumaron 826 miembros de las fuerzas de seguridad y 834 víctimas de atentados terroristas. Son cifras nunca vistas en Israel desde el final de la segunda guerra mundial y un elemento de catarsis para una sociedad herida y maltrecha. Una sociedad que pugna por resolver el conflicto, recuperar a los rehenes en poder de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, y garantizar la seguridad de tal forma que nunca pueda llegar a repetirse una tragedia como la que se vivió el 7 de octubre de 2023.

Por el lado gazatí, las últimas cifras de bajas que ha proporcionado el ministerio de Salud de Gaza en poder de Hamás son de 35.034 palestinos muertos y 78.755 heridos desde el inicio de la guerra. La desproporción habla por sí misma. Descontando los posibles combatientes de Hamás de esa cifra de muertos y heridos —no más de 14.000 y 40.000, respectivamente— el resto de las bajas civiles supone un descrédito internacional y una vergüenza colectiva para Israel al emplear un uso excesivo de la violencia que le hace perder el derecho a la legítima defensa que inicialmente le amparaba ante la agresión terrorista. A ello hay que sumar la hambruna que asola Gaza y la degradación de la capacidad asistencial que es consecuencia del bloqueo de la ayuda humanitaria que solo puede acceder a la Franja por el muelle construido por Estados Unidos al sur de la ciudad de Gaza. El relato internacional es claramente desfavorable a Israel y su virulencia se está extendiendo e incrementando por todo el mundo más allá del entorno árabe y musulmán con el consiguiente coste reputacional para el estado.

En el interior de la Franja las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) vuelven a combatir en el norte, en el campo de refugiados de Jabalya, donde la resistencia de Hamás ha resurgido poniendo de relieve la incapacidad de las FDI para mantener un control eficaz sobre el territorio previamente conquistado y “limpio”. Las FDI han ordenado la evacuación de 150.000 residentes del campo de Jabalya hacia la ciudad de Gaza. Simultáneamente, mantienen el control del flujo de gazatíes entre el norte y sur de la Franja a lo largo de la carretera que ha construido desde el antiguo kibutz de Netzarim a la costa, pero la resurgencia de elementos de Hamás al norte de esa línea hace pensar que su eficacia es cuestionable. El grueso del esfuerzo parece concentrarse en estos momentos en la zona al este de Rafah donde mantiene una presión constante y de la que ha ordenado la evacuación de un total de 300.000 residentes hacia la zona de Al Mawasi, habilitada para su acogimiento al noreste de Rafah y próxima a la costa. Por el momento, las operaciones que desarrolla son de control del paso fronterizo de Rafah con Egipto y su zona adyacente, la ocupación de algunos barrios, la destrucción de túneles e infraestructura de Hamás, y la eliminación selectiva de objetivos de alto valor. La posibilidad de escalar la acción sobre el conjunto de la ciudad sigue vigente, aunque los inconvenientes que presenta la operación pueden superar con mucho las ventajas que se espera obtener.

En otro orden de cosas, el secretario de estado de Estados Unidos Blinken puso de manifiesto a la cadena ABC que Estados Unidos cree que Israel no parece tener un plan viable para garantizar que Hamás no reaparezca en las zonas previamente controladas, lo que implicaría un conflicto interminable con un movimiento terrorista que promovería una insurgencia constante y duradera. La duda planteada va directamente en contra de la afirmación del primer ministro Netanyahu acerca de sus objetivos para esta guerra: destruir a Hamás, recuperar a los rehenes y conseguir que la Franja no pueda ser nunca más un problema de seguridad para Israel.

Los hechos son obstinados, esta guerra no la puede ganar Israel de mantenerse los actuales objetivos de Netanyahu. Se impone una rectificación en varios planos: político, militar y diplomático. En el político, hay que restañar las heridas dentro de Israel volviendo a cohesionar su sociedad civil, depurar responsabilidades por los hechos del 7 de octubre, y dejar de vincular la supervivencia de un gabinete al resultado de la guerra; además, hay que sembrar de forma decidida la idea de un estado palestino con el que convivir y negociar. En el militar, hay que redefinir objetivos, disminuir el umbral de ambición de la campaña y preparar el plan para el día después, cuando las FDI abandonen Gaza. Y en el diplomático, hay que facilitar la creación de una alianza de países árabes y musulmanes que sea garante de la seguridad, el desarrollo, la reconstrucción de Gaza y su unificación con Cisjordania para que sea de una vez por todas viable un futuro estado palestino. El cómo hacerlo es tarea de la diplomacia del más alto nivel, la que debe de impulsar Estados Unidos y el conjunto de países implicados de una u otra forma en este interminable conflicto.

Los hechos son obstinados, esta guerra no la puede ganar Israel de mantenerse los actuales objetivos de Netanyahu

Hay que tener presente que la condición sine qua non para todo lo anterior es que Hamás renuncie a sus postulados nihilistas y deje de utilizar el terrorismo como una herramienta para conseguir sus fines políticos, abandone las armas y se disuelva o se reconvierta en un movimiento político dentro del espectro de una Autoridad Palestina renovada y capaz de desarrollar las funciones de gobierno de un proto estado. Para que ello ocurra, su razón de ser debe desaparecer, la población que le apoya debe de alejarse del movimiento terrorista y sus apoyos externos tienen que decaer.

Si no se busca una solución posible, viable, y aceptada por ambas partes, Israel será el protagonista principal de una historia interminable en Gaza, y la repetición de sucesivos estallidos de violencia, la constante que dominará el futuro haciendo imposible la convivencia. Si hay voluntad, hay un camino por duro y difícil que sea recorrerlo; lo que no es una opción es la repetición de los mismos errores que se pagan en vidas, negación de un futuro en paz y la pérdida de la esperanza.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento