La Unión Europea tiene dos frentes abiertos hacia el exterior: la delicada situación en Oriente Próximo y la guerra enquistada en Ucrania. En ese escenario, los ministros de Exteriores de los 27 han pactado este lunes ampliar las sanciones sobre el sector de los drones y los misiles de Irán, así como su envío a aliados del régimen como es el caso de Yemen o Líbano. En el otro asunto, los Estados miembros se han comprometido a hacer "todo lo posible" para que sigan llegando a Kiev aviones de combate que les permitan defenderse de la invasión rusa.
El objetivo es dar seguimiento a la posición de los líderes, marcada hace unos días en la última cumbre del Consejo Europeo. El modelo en el caso de Irán es el mismo que el que se aplica precisamente con Rusia respecto a su invasión de Ucrania. En cambio, los Estados miembros siguen sin ponerse de acuerdo a la hora de tomar medidas restrictivas contra la Guardia Revolucionaria iraní. Con todo, la UE sigue haciendo un llamamiento a la desescalada, así como al alto el fuego en Gaza y a la liberación de los rehenes de Hamás.
Un ojo de la UE está puesto en Oriente Próximo y el otro en Ucrania. "Hemos pedido a todos los Estados miembros hacer todo lo que puedan para incrementar las defensas aéreas de Ucrania", sostuvo el Alto Representante, Josep Borrell, sobre el envío de Patriots para las tropas de Volodimir Zelenski, una máxima defendida también por el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares. "Necesitamos más munición, necesitamos más lanzaderas e interceptores para las baterías antiaéreas que ya tienen los ucranianos e incrementar el número de baterías", comentó el jefe de la diplomacia europea, consciente eso sí de las limitaciones que pueden tener llegado este momento los Estados miembros. Nadie excluye los Patriots de la ecuación pero están fijándose ahora en cómo coordinar mejor esa ayuda.
Albares tampoco aclaró si España va a jugar en ese sentido un papel activo. "España ya ha dado anteriormente defensas antiaéreas y, desde luego, va a seguir haciendo todo lo que esté en su mano para que los ucranianos puedan defender su libertad, su democracia", se limitó a comentar, un poco en la línea del resto de colegas comunitarios, salvo Alemania, que sí enviará Patriots. Ya lo tiene claro y así lo expresó su titular de Exteriores, Annalena Baerbock. "Cada sistema de defensa antiaérea salva vidas humanas en Ucrania y por eso es fundamental que estemos todos unidos, es fundamental que movilicemos nuestros recursos", señaló. En general el acuerdo final está todavía lejos, pero Borrell se ha limitado a decir que ve el debate "más maduro", que para él ya es un paso importante.
Respecto a Oriente Próximo la línea parece marcada, tal como mostraron los líderes la pasada semana (aunque esta no esté exenta de críticas). "Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para ayudar a traer estabilidad a la región y evitar una escalada", recogieron las conclusiones. Todo eso va de la mano del escenario actual en Palestina, sobre el que los 27 piden la llegada de ayuda humanitaria de manera urgente y la liberación de los rehenes de Hamás, dos cosas que ya habían solicitado en la anterior cumbre, que tuvo lugar en el mes de marzo.
La mayoría de líderes coincidieron en la idea de "evitar un baño de sangre en la región", a la vez que condenaron la ofensiva israelí. "Lo último que necesitamos es una escalada", aseguró el primer ministro belga, Alexander de Croo. Las reacciones que vayan más allá de la contención pueden tener consecuencias dramáticas", avisó, en la misma línea que otros colegas como el canciller alemán, Olaf Scholz, que pidió a Israel "fortalecer sus posiciones" en la zona, pero no "responder con otro ataque". Esa opción con el paso de las horas parece haber quedado diluida, pero la preocupación de la UE sigue en un nivel elevado.
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