Confirmada la prisión permanente revisable para Ana Sandamil, la madre que estranguló a su hija Desirée, de siete años, hasta matarla

Imagen de Ana Sandamil durante el juicio.
Imagen de Ana Sandamil durante un juicio.
Europa Press
Imagen de Ana Sandamil durante el juicio.

El Tribunal Supremo ha confirmado este lunes la condena de prisión permanente revisable a Ana Sandamil, la madre que asesinó en 2018 a su hija Desirée, de siete años, asfixiándola hasta la muerte en su casa de Muimenta (Lugo). 

Sandamil había interpuesto un recurso de casación contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que confirmaba la condena dictada en primera instancia por la Audiencia Provincial de Lugo. De esta forma, con el rechazo del recurso por parte del Supremo, esta es la tercera vez que los jueces ratifican el asesinato.

Según la sentencia del TS, los hechos se produjeron en la madrugada del 3 de mayo de 2018. Esa noche, "con la finalidad de acabar con su vida" la condenada suministró un fármaco sedante a la pequeña, para posteriormente "asfixiarla con sus propias manos", ejerciendo "presión en su cuello", y "obstruyendo boca y nariz". 

Descartan el trastorno psicótico como eximente

Asimismo, el documento recoge que, aunque el Jurado reconoce que la acusada "tenía un trastorno de personalidad" que le afectaba a su capacidad de relacionarse, en el momento de los hechos ese trastorno no le impedía tener entender "la ilicitud del acto".

De hecho, Sandamil había alegado este "trastorno psicótico" como eximente, pero fue descartado por la Sala por demostrar "premeditación de los hechos", al haber realizado "búsquedas repetidas de sustancias venenosas, simulación de sintomatología psicótica y una clara intención de obstruir a la justicia con el intento de borrado y ocultación de pruebas".

En este sentido, días antes de los hechos, la asesina había indagado en Internet "sobre los medios con los cuales podía acabar con la vida de su hija", realizando la búsqueda de un veneno llamado estricnina.

Calificado como violencia vicaria

Según señala la Sala del Supremo, la condenada había tenido conocimiento de la intención del padre de Desirée de incrementar el régimen de visitas para poder pasar más tiempo con ella, después de separase la pareja en 2014 y quedarse la mujer con la custodia de la niña.

"Fue consciente de lo que hacía. Buscó un sistema para acabar con la vida de su hija y en lugar de protegerla, como consta en los hechos probados, es su propia madre la que acaba con la vida de su hija en un acto antinatura de violencia vicaria", indica la sentencia del TS.

Por ello, se ratifica la condena de prisión permanente revisable para Ana Sandamil por sedar a su hija y asfixiarla hasta matarla, así como la obligación de indemnizar al padre con 250.000 euros

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