Si bebes no conduzcas, si vas a Calatayud pregunta por la Dolores y si eres candidato para las elecciones vascas por EH Bildu, como Pello Otxandiano, procura eludir respuestas acerca de la banda etarra, porque cualquiera que fuere será considerada insuficiente por los competidores y excesiva por los adyacentes. Así ha sido en el caso de la entrevista radiofónica donde Pello, al ser cuestionado, solo llegó a calificar a los afines asimilables como organización armada. Respuesta que valió al diario El País para titular "Bildu tropieza con la memoria de ETA" y para que los periodistas de confianza confesaran que "fuentes socialistas admiten que el discurso duro en el final de la campaña debilita la estrategia de pactos en el Congreso" y que el PSOE se ha visto obligado a capear sus contradicciones sobre la izquierda abertzale.

Porque, en efecto, los cronistas parlamentarios que siguen las sesiones de control al Gobierno en el pleno del Congreso de los Diputados llevan cinco años observando el blanqueo de EH Bildu por parte de Pedro Sánchez, que ha salido siempre al paso de cualquier reparo que se haya intentado poner a sus aliados parlamentarios, dejando constancia de que ETA desapareció hace diez años y de su plena legitimidad para ser actor de primera en la política española. El presidente del Gobierno nunca ha dejado de reprochar a sus adversarios del PP cualquier alusión negativa sobre los abertzales y de salir en su defensa. 

Pero, una vez más, llegados a la campaña electoral, necesidades del guion han inducido a la portavoz del Gobierno y a toda la orquesta mediática de acompañamiento a desmarcarse de Bildu por haber denominado tan solo "grupo armado" a ETA. Semejante denominación, por lo que se ve, ha sido considerada falta de contundencia en abierta contradicción con lo que llevamos cinco años escuchando de Sánchez y del portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, Patxi López que es de allí y fue lehendakari.

En todo caso, que la falta de una condena en toda regla a la banda terrorista ETA pueda penalizar el resultado de Bildu en las urnas del domingo 21 debe considerarse esperanzador, mientras que la pugna que se pronostica en la campaña electoral de las autonómicas catalanas entre Esquerra Republicana de Cataluña y Junts per Puigdemont, para ver cuál de las dos formaciones llega más lejos en sus exigencias independentistas, viene a ser un signo adicional de preocupación. Atentos.