El parque de la histórica Colònia Castells, situada en el distrito barcelonés de Les Corts, abrirá sus puertas el próximo 21 de abril, manteniendo 11 casitas obreras de la antigua colonia, para celebrar la Fiesta de la Primavera que organiza el Ayuntamiento de Barcelona.
La Colònia Castells nació en 1923 como un espacio de acogida para las casitas de los trabajadores de la fábrica de barnices y charoles Manuel Castells. Esta antigua colonia, en la que llegaron a vivir hasta 800 personas, ha sido transformada en un gran parque, dejando de ser de las pocas zonas que perduraba en Barcelona de viviendas creadas para los trabajadores de una misma factoría.
Las obras del parque, envueltas de polémica por la crítica de los vecinos, que querían que el parque mantuviera el trazado de sus pasajes e introducir mejoras en la zona verde, están casi listas tras más de un año de retraso. Los trabajos empezaron en junio de 2022 y la previsión era que acabaran en febrero de 2023.
Zona infantil, una plaza central y muchos árboles
El nuevo espacio, de 9.600 m2 de superficie, contará con una zona de juegos infantiles y otra de salud y gente mayor, una plaza central, huertos urbanos comunitarios, grandes parterres, más de un centenar de árboles y una gran pérgola, que generará sombra y donde se instalarán placas fotovoltaicas.
Asimismo, en el marco del proyecto de transformación urbanística, también se han conservado 11 de las 200 casitas que se llegaron a construir para mantener viva la memoria histórica, uno de los principales reclamos de sus vecinos. Desde el Ayuntamiento se está trabajando en los estudios técnicos necesarios para redactar el planeamiento urbanístico que determine sus nuevos usos.
Cambios reclamados por los vecinos
En un principio, el espacio verde que se había diseñado no era del agrado del vecindario, por lo que el Ayuntamiento decidió ponerse en contacto con ellos para mejorar algunos de los aspectos sobre las obras relativas al verde y la estancia. Una vez se escucharon sus demandas, se incluyeron una serie de cambios “técnicamente viables”.
Por un lado, se decidió que el parque incluiría una área de juegos con diferentes posibilidades de actividad y exploración para los más pequeños. Esta incluye un juego singular con elementos adaptados y accesibles.
El vecindario también pidió el incremento de zona verde en el parque, por lo que finalmente la plantación es de 151 árboles, 30 más de los previstos.
Un parque adaptado a la sequía
El parque está adaptado a la situación actual de sequía, gracias a la combinación de césped natural y artificial y un pavimento que drenará hasta un 80% del agua de la lluvia. La decisión de fusionar estos dos tipos de hierba forma parte una prueba piloto que se evaluará durante los próximos meses para decidir si se mantiene o si se debe realizar algún cambio, según detalló el consistorio.
Según las previsiones iniciales, la reforma contaba con un presupuesto de 2,68 millones de euros, pero después todos los cambios llevados a cabo, el coste final ha sido de 3,64 millones de euros.
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