Las obras del parque de la Colònia Castells del distrito de Les Corts, en Barcelona, están a punto de finalizar después de casi un año de retraso respecto a las previsiones iniciales. Lo que en el año 1923 nació como un espacio de acogida para las casitas de los trabajadores de la fábrica de barnices y charoles Manuel Castells, ahora será una zona verde de 9.600 m² con áreas de estancia, salud y recreo que fomentarán la vida vecinal. El parque está adaptado a la situación actual de sequía, gracias a la combinación de césped natural y artificial y un pavimento drenante hasta en un 80%, explican desde el Ayuntamiento.
El césped artificial ocupa alrededor de 750 m², mientras que el natural, unos 800. Este se ha colocado en las zonas de uso más intensivo, como la de calistenia, la de juegos saludables y las de estancia. La decisión de fusionar estos dos tipos de césped forma parte una prueba piloto que se evaluará durante los próximos meses para decidir si se mantiene o si se debe realizar algún cambio.
El parque infantil
El Ayuntamiento decidió ponerse en contacto con el vecindario para mejorar algunos de los aspectos sobre las obras relativas al verde y la estancia. Una vez se escucharon sus demandas, se incluyeron una serie de cambios “técnicamente viables”.
Por un lado, se decidió que el parque incluiría una área de juegos con diferentes posibilidades de actividad y exploración para los más pequeños. Esta incluye un juego singular con elementos adaptados y accesibles.
Tal como reflejan las encuestas de satisfacción de Parques y Jardines, este espacio “está muy bien valorado por las familias”. Además, también se actualizaron los elementos previstos en el área de actividades saludables y de calistenia.
Una plantación total de 151 árboles
El vecindario también pidió el incremento de zona verde en el parque, por lo que finalmente la plantación es de 151 árboles, 30 más de los previstos. Este tipo de ajustes, junto al resto, han supuesto el encarecimiento del proyecto. La idea era realizar la reforma con un presupuesto de 2,68 millones de euros, pero después de dichos cambios, el coste final ha sido de 3,64 millones de euros.
Las célebres casitas de los años 20
Respecto a las pocas casitas de la Colònia Castells que se han dejado en pie para recordar el pasado del espacio, fuentes municipales han confirmado a 20minutos.es que se está trabajando en los estudios técnicos necesarios para redactar el planeamiento urbanístico que determine sus nuevos usos.
El origen de las casitas
Las viviendas nacieron en los años 20, cuando Agustí Castells, hijo de Manuel Castells, propietario de una fábrica de barnices y charoles, se ve con la necesidad de contratar mano de obra para trabajar en su industria. Agustí opta por hacer venir trabajadores, especialmente, del sur de España.
Ante la falta de viviendas en la capital catalana, solicita el permiso de construcción de casas para los obreros en parte de sus terrenos. Con el tiempo y en 1923, nace la Colònia Castells, entre las calles Ecuador, Entença, Montnegre y Taquígraf Serra. Se llegaron a construir unas 200 casas, en las que llegaron a vivir más de 800 personas.
En el año 2002, se aprobó un plan urbanístico en el que se condenaba al barrio a su desaparición, para pasar a construir nuevas viviendas, equipamientos y una zona verde. Actualmente, solo quedan nueve casitas en pie, aunque en desuso.
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