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Cristina Leyva, escritora y cuentacuentos: "No hay nada como estar cerca de personas autistas para acabar con prejuicios y tópicos"

Cristina Leyva, escritora, cuentacuentos y autora de '¡Niña nueva en el parque!'
Cristina Leyva, escritora, cuentacuentos y autora de '¡Niña nueva en el parque!'
Graciela de Pablos
Cristina Leyva, escritora, cuentacuentos y autora de '¡Niña nueva en el parque!'

Violeta es nueva en el parque, Perico, un niño extrovertido y al que le encanta hacer amigos nuevos, enseguida se acerca a ella. Pronto se da cuenta de que Violeta, que tiene autismo, no es como la mayoría de los niños, pero Perico no por ello se da por vencido, y hará todo lo posible para que se convierta en su nueva amiga. Esta es, a grandes rasgos, la historia que se cuenta en ‘¡Niña nueva en el parque!’, un cuento ilustrado editado por La Estrella Azul, -sello de Autismo Ávila-, y la Fundación Orange, que tiene por objetivo acercar de manera sencilla y cercana el autismo a los más pequeños. Cristina Leyva, una de las autoras del cuento, nos cuenta cómo creó, junto con la ilustradora Rocío Martínez, esta historia de empatía y amistad.

Hace unos meses se publicó ¡Niña nueva en el parque!, un cuento que narra cómo Perico y Violeta, una niña con autismo, se hacen amigos en el parque. ¿Cómo surgió la idea de escribirlo?La idea surgió cuando empecé a trabajar como gestora y editora en La estrella azul, la editorial de la asociación Autismo Ávila. Enseguida se puso en marcha la escritora que llevo dentro y, como yo escribo literatura infantil y juvenil, pensé en crear un cuento con una niña autista como protagonista y que fuera divertido, porque vi que faltaban historias con un poco más de chispa y que dieran un poco más de voz a esos niños con autismo. 

¿Cuál era tu relación el autismo antes de escribir este cuento?Antes de empezar a trabajar en Autismo Ávila, no tenía ninguna relación, y tampoco tenía ninguna relación con el asociacionismo, con la discapacidad… 

¿En qué o quién te apoyaste para escribirlo?En la propia asociación me ayudaron un montón, y especialmente el psicólogo Arturo López Fernández, que ha escrito otro libro para La estrella azul, y otros compañeros también me ayudaron a situarme. Allí, además, tenía contacto directo con los usuarios, con niños y niñas con autismo, que me sirvieron de inspiración. Conocerlos me ayudó mucho a conectar con ellos y a pensar que podría escribir algo que tuviera sentido. 

Igual que los autistas intentan adaptarse de una sociedad construida para neurotípicos, los que no somos autistas también deberíamos intentar adaptarnos a ellos

¿Te fijaste algún niño en concreto?No me inspiré en nadie en concreto, pues el personaje de Violeta surgió de manera natural. Yo quería escribir una historia sencilla, pero sin caer mucho en los tópicos, por eso Violeta es una niña con sus propias características, más allá de las generales del autismo, igual que Perico, que es el otro protagonista, tiene las suyas. A Violeta el encantan los insectos, tiene un libro que es su libro preferido, no le gusta el ruido, que la atosiguen…

¿Ha cambiado lo que conocías del autismo antes y después de escribir este cuento?Sí, al trabajar en Autismo Ávila y conocer a gente que trabajaba allí y a las personas con autismo, cambió mi visión de una manera radical. Y es que no hay nada como estar cerca para acabar con los prejuicios y los tópicos, porque aún hay muchísimos que acompañan al autismo. 
Yo, por ejemplo, gracias a estar en contacto con ellos, que quité muchos de esos mitos, como que las personas con autismo no hablan, que el autismo es una enfermedad… Además, antes no era consciente de que es una condición tan heterogénea, de que hay muchos tipos de autismos, en plural, y que cada persona con autismo es particular. 

¿Qué mensaje y valores queréis transmitir con esta historia?Lo primero que van a encontrar los lectores es una historia de amistad y de aceptación del otro. Perico, el niño que se quiere hacer amigo de Violeta, tiene que cambiar su manera de acercarse a ella para conseguir ser amigo suyo, y Violeta también se acerca, desde su lugar. El libro trata de lo maravilloso que es adaptarse al otro. Luego, aunque más escondidas, hay otras muchas historias añadidas, porque en el parque, además de la historia de Violeta y Perico, pasan muchas cosas, es un lugar colorido y sorprendente que le debemos a Rocío Martínez, la ilustradora. 

¿Qué papel juegan en este cuento las ilustraciones de Rocío Martínez?Como en todo libro ilustrado, son igual de importantes como el texto para la historia, las dos somos autoras. Para mí trabajar con ella ha sido un regalo, tiene muchísima sensibilidad y fue maravilloso cuando dijo que sí, porque se implicó mucho, le dio vueltas… 
Sus aportaciones fueron imprescindibles para, por ejemplo, la construcción de los personajes. Ella tuvo la idea de que los diálogos fueran diferentes según hablara Perico o Violeta, mientras que las letras de Perico son redondeadas, menos estructuradas, porque es un niño extrovertido con un pensamiento menos estructurado…, las de Violeta son más rectas. 
También se le ocurrió este parque en el que sucede en la historia y en el que los niños pueden encontrar más historias escondidas y, esto le da un valor añadido, porque pueden volver al cuento muchas veces y encontrar cosas nuevas que no habían visto antes, y eso es muy bonito. 

Cristina Leyva, junto al cuento "¡Niña nueva en el parque!"
Cristina Leyva, junto al cuento "¡Niña nueva en el parque!"
Cedida

Perico hace todo lo posible porque Violeta le haga caso, para saber cómo jugar con ella... ¿Se esfuerza la gente tanto como Perico para conocer y relacionarse con las personas con autismo?Yo creo que se trata de entender que, igual que los autistas intentan adaptarse de una sociedad construida para personas neurotípicas, aunque somos la mayoría, los que no somos autistas también deberíamos intentar adaptarnos a ellos, a personas distintas a nosotros o con otra discapacidad. Se trata más de una comprensión universal de la diferencia, que además de enriquecernos como sociedad, la hace más justa y empática. Esta idea de tratar al diferente como igual es muy importante transmitirla. 

Educar, a edades tempranas, con cuentos como este, ¿podría ser una de las claves?Trabajar la empatía es importantísimo, y eso es una cosa que tenemos que trabajar con los peques en casa y en los coles, para que aprendan a aceptar a los demás tal y como son. Es verdad que las asociaciones hacen una labor muy grande de concienciación, pero la narrativa siempre ayuda mucho, porque a través de las historias, que es lo que yo más conozco, también se puede educar, acabar con los prejuicios y normalizar las discapacidades. Todos podemos aportar nuestro granito de arena: las familias, las asociaciones, los colegios, la narrativa, los medios de comunicación… 

En los últimos años hay un boom de literatura con mensaje, hay muchos cuentos que educan en valores a través de historias y emociones, como ha hecho la literatura siempre

Como editora de libros infantiles y juveniles, ¿Crees que hay suficiente literatura infantil y juvenil que trate estos temas: diversidad, inclusión…?Hay, de hecho, en los últimos años, un boom de literatura con mensaje y que además está teniendo mucho éxito. Hay muchos cuentos que educan en valores a través de historias y emociones, como ha hecho la literatura siempre. 
Las historias son un canal natural, la literatura enseña por sí misma a través de historias que emocionan, que atrapan al lector… pero para mí es importante que no fuerce esa labor educativa, sino que sea la propia literatura la que, a través de incorporar estas realidades en sus historias, trasmitan valores de manera natural. 
Por suerte, ya hay muchos libros -y hay cada vez más- que incorporan estos temas, también en la literatura infantil y juvenil, y salvo lo que se pueda pensar, no solo en sellos especializados, minoritarios o asociaciones, también en grandes sellos muy conocidos. 

Pues da la impresión de que solo se habla de estos temas en sellos especializados, iniciativas solidarias…No, es algo ya transversal, pero quizás no lo vemos porque se incluye en las historias de manera natural, sin resaltar que son libros que hablan de inclusión. Por ejemplo, hay un libro maravilloso de Kalandraka que se llama "Mi lazarilla, mi capitán", de Gonzalo Moure, que cuenta cómo un padre ciego y una niña que tampoco ve muy bien, van juntos todos los días al colegio. 
Es una historia preciosísima… y hay muchísimos ejemplos de historias con personajes diversos incluidos dentro de la historia. Es decir, que no son historias que hablen sobre una diversidad en concreto, sino que están de manera natural en la historia, y los lectores lo asumen de forma natural, que es lo interesante.

¿Cómo está siendo la acogida de ‘¡Niña nueva en el parque!’, tanto entre los lectores que tienen alguna relación con el autismo como los que no?La idea era, precisamente, que llegara a gente que no tiene que ver con el autismo, y la verdad es que la acogida está siendo muy buena. Los niños comprenden bien la historia, se meten en ella, se ríen… porque Perico hace todo lo posible por hacerse amigo de violeta y hace cosas muy graciosas… A través de la risa se conecta muy bien con los niños. 

¿Os animaréis a crear y publicar más libros de este tipo en un futuro?
Yo, desde luego, estaría encantada, y Rocío también. Además, La estrella azul ya es una referencia en este mundo, pues ha publicado varios libros, mucha narrativa relacionada con autismo, ahora van a sacar otro infantil, de juvenil, otro de divulgación… no paran. Yo voy a seguir escribiendo, claro, ya sea sobre este tema o sobre otros. De hecho, ahora voy a publicar la una novela juvenil y estoy terminando la segunda.
Además, soy cuentacuentos y tengo un podcast de audiocuentos, 'Cuentos por teléfono', que se puede escuchar en Spotify. Empecé en el confinamiento, mandando cuentos por audios de Whatsapp, y son cuentos que escribo yo. Así que, sí, seguiré escribiendo…

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