La empresa húngara Magyar Vagon obvia las reticencias del Gobierno y presenta la OPA por el 100% ante la CNMV

El ministro de Transportes, Óscar Puente, ante un tren Talgo.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ante un tren Talgo.
EP
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ante un tren Talgo.

El grupo húngaro Magyar Vagon ha presentado formalmente ante la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV) la OPA anunciada sobre el 100 % del capital del constructor ferroviario español TalgoSegún la comunicación remitida al supervisor de los mercados la OPA se dirige al 100 % del capital de Talgo, a cinco euros por acción, por un total de 619,3 millones de euros, en los mismos términos que ya anunció el grupo húngaro el pasado 7 de marzo.

En principio, el Gobierno no ve con buenos ojos esta operación porque entiende que Talgo es un operador estratégico y juega un papel fundamental en el transporte ferroviario.

La documentación presentada explica que el pasado 22 de marzo el grupo húngaro solicitó al Gobierno la autorización del Consejo de Ministros a esta entrada de capital extranjero, aunque el Ejecutivo todavía no se ha pronunciado.  El Ministerio de Economía no ha hecho comentarios. Además de con el Gobierno, los aspirantes están en conversaciones con los sindicatos, en medio de informaciones que apuntan que otras compañías también podrían tener interés en el fabricante de trenes español.

Respaldada por sus principales accionistas

La operación ha sido respaldada por los principales accionistas de Talgo: Pegaso Transportation International, con un 40,03 % del capital, un conglomerado en el que están el fondo de origen británico Trilantic -fundado por dos exejecutivos de Lehman Brothers- la familia Oriol (descendientes de los fundadores), y Torreal, la sociedad de Juan Abelló. Tienen participaciones minoritarias la familia Torrente Blasco a través de TorrBlas (5 %), la aseguradora Santa Lucía (2,96 %) y el banco noruego Norges (2,79 %), entre otros. El resto cotiza en bolsa. 

En las reuniones con los sindicatos, la firma húngara mostró su intención de mantener la sede de la empresa en España, en caso de que la OPA prospere, y conservar las condiciones de trabajo de la plantilla, según fuentes sindicales. El oferente es una sociedad húngara formada por Ganz-Mavag (55 %) y Corvinus (45 %), participada esta última por el Estado húngaro a través del Ministerio de Economía. 

¿Quién está detrás de Magyar Vagon?

A su vez, Ganz-Mavag está íntegramente participada por Magyar Vagon, propiedad de un fondo de capital riesgo (Solva II), cuyo principal accionista, con el 50 %, es el ciudadano húngaro Csaba Töro. La empresa que lanza la OPA es propiedad de un antiguo asesor del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y se ha consolidado en el sector ferroviario a través de privatizaciones en el país centroeuropeo.

Detrás de este consorcio están DJJ y András Tombor, que fue consejero de asuntos de seguridad nacional de Orbán durante su primer Ejecutivo, entre 1998 y 2002. Al cierre de 2023, la cartera de pedidos de Talgo sumaba 4.223 millones de euros, su máximo histórico, impulsados sobre todo por las ampliaciones de contratos ya existentes. Un 80 % del negocio es internacional. 

Una salida a bolsa de 9,35 euros por acción

Desde su salida a bolsa el 6 de mayo de 2015 a 9,25 euros por acción, Talgo ha perdido más de la mitad de su valor, ocho veces más de lo que ha bajado en este tiempo el IBEX 35. Este jueves la acción ha cerrado en 4,39 euros, tras subir un 0,34 %, por debajo de los 5 euros, precio al que está formulada la OPA.

Según el consorcio húngaro, la operación pretende reforzar la capacidad industrial de Talgo y abrirle mercados estratégicos y en crecimiento en Europa. Además, se compromete a mantener en España la sede, la capacidad de fabricación, la actividad y el empleo, así como la marca y la relación comercial estratégica con Renfe.

El grupo resultante tendrá una facturación superior a 700 millones de euros y una plantilla global de 5.500 empleados, con operaciones en Europa, su mercado principal, Estados Unidos, el norte de África y Oriente Medio, según sus propias cifras. Magyar aporta al nuevo grupo siete fábricas-taller en diferentes localidades de Hungría, más otra fábrica de DJJ, en Budapest, que producen material rodante y hacen también mantenimiento y reparación, con una plantilla de 2.460 personas.

Los próximos pasos

La compañía húngara tiene que presentar ahora en siete días los avales bancarios pertinentes para garantizar los 619,3 millones de la operación, como establece la Ley del Mercado de Valores. Tras recibir la oferta, la CNMV dispone de siete días hábiles para admitirla a trámite, aunque este plazo se puede ampliar si solicita información adicional.

Posteriormente, tiene veinte días hábiles para analizar la operación, aunque si le requiere nueva información el contador se vuelve a poner a cero y comienza de nuevo ese plazo de 20 días. No obstante, el Consejo de la CNMV no analizará la oferta hasta que no haya sido aprobada por el Consejo de Ministros.

El Ejecutivo se pronunciará una vez recibido el informe preceptivo, aunque no vinculante, de la Junta de Inversiones Exteriores (JINVEX), un órgano en el que participan diversos ministerios pilotado por la Secretaría de Estado de Comercio, que dispone de tres meses para su evaluación.

El control de inversiones exteriores se ampara en una publicación de la Comisión Europea, de abril de 2022, con orientaciones a los Estados miembros para garantizar una mayor vigilancia de las entradas de fondos procedentes de Rusia y Bielorrusia. En este contexto, España aprobó en julio de 2023 un Real Decreto de inversiones extranjeras, con un desarrollo posterior en una orden ministerial, de enero de este año.

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