El periodista Manu Marlasca saca su primera novela, 'Tú bailas y yo disparo': "No existe el crimen perfecto, sino el criminal con suerte"

Manuel Marlasca, con su libro 'Tú bailas y yo disparo' (Destino).
Manuel Marlasca, con su libro 'Tú bailas y yo disparo' (Destino).
Carlos Ruiz B.k
Manuel Marlasca, con su libro 'Tú bailas y yo disparo' (Destino).

Manuel (Manu) Marlasca nos cita en un bar madrileño de 'maderos', el Bulevar, más conocido como 'el bombazo', porque en los tiempos negros de ETA parecía el lugar perfecto para atentar, de tan lleno como estaba (y está) de policías. Cerca de este restaurante que Manu frecuenta desde hace 30 años, se halla la comisaría de Canillas, donde el periodista y escritor es casi uno más. Se diría que le faltan el uniforme y el arma reglamentaria. Porque de conocimiento del medio, anda muy sobrado, premiado y condecorado.

Su trayectoria periodística

De esa comisaría han salido (y también se han quedado en el secreto) valiosos datos y muchísimas de sus crónicas de sucesos, género en el que lleva 37 años, ya sea como reportero, en la radio, la televisión (actualmente es colaborador del programa TardeAR) y también el mundo podcast. Marlasca ha escrito 6 libros dedicados al true crime, y uno a medias con su admirado Lorenzo Silva.

De ese cuartel en Canillas, uno de los más poblados en efectivos policiales que hay en Madrid, provienen la inspiración y documentación para su primera novela en solitario, Tú bailas y yo disparo (Destino), que ha salido a la venta el jueves 4. Manu Marlasca, cuya anterior mascota fue un perro policía jubilado, Miki (del que muestra fotos), se sirve de su gran experiencia como informador en los bajos fondos y de las técnicas de investigación utilizadas por la policía, su principal fuente, para elaborar una tramas de muertos, cómo no, pero muy humana. Lo que comenzó en un cuaderno de notas de periodista se ha transformado en un libro de la colección Áncora y Delfín, que el autor leía con fruición sin saber que un mes de abril cualquiera formaría parte de ella.

El autor, frente a una fotografía de Madrid en su bar preferido, el Bulevard o 'El bombazo', frecuentado por policías.
El autor, frente a una fotografía de Madrid en su bar preferido, el Bulevar o  el 'bombazo', frecuentado por policías.
Carlos Ruiz B.k

Para el autor, su libro no es tanto una historia policial como una historia de policías, aquellos que portan sin que se vea 'mochilas' llenas de vivencias y traumas, de éxitos y de fracasos. Que, además, plantea la pregunta: ¿Quién vigila al vigilante? Para explicarlo, Marlasca se centra en el grupo X de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, integrado por tres agentes de distinto sexo y edad, a los que se une una inspectora experta en trata de mujeres: pepinillos (los jóvenes) contra caimanes (los veteranos). Y un torso en una maleta da pie a una novela llena de desafíos, cicatrices no solo físicas, decepciones y conexiones inesperadas. 

Respeto a la literatura

Marlasca dice con modestia que desembarca en la literatura con "respeto reverencial" y cuenta que para construir su novela "he tenido que hacer un esfuerzo por encerrar y meter en un cuarto oscuro al periodista". Califica el hecho escribir ficción como un ejercicio de "orfebrería", donde "hay que dotar a los personajes de unas características, con un pequeño complejo de Dios para llevarlos como tú quieras".

Admite haber leído más de mil sumarios judiciales en su vida profesional y aunque no lo dice él,  se ha convertido uno de los mayores especialistas en la manera de entender cómo es el sistema policial por dentro, que según su opinión, "en España funciona perfectamente". La resolución de casos, por ejemplo, en temas de terrorismo yihadista, en ciberseguridad o en el de estafas, es altísima, explica Marlasca. Solo hay un desafío donde los recursos usados por las fuerzas del orden son paralelos a la sofisticación creciente de los delincuentes: el crimen organizado.

El escritor, en la comisaría, casi su lugar natural de 'trabajo'.
El escritor, en la comisaría, casi su lugar natural de 'trabajo'.
Carlos Ruiz B.k

Con lo que sabe este periodista y escritor, podemos aventurar que si Lorenzo Silva, su 'mentor' es el rey de los picoletos (guardias civiles) Marlasca es o podría ser el rey de los maderos (policías).

Crímenes chapuceros

El colaborador de Ana Rosa Quintana empieza su libro con un asesinato. "Arrancar la vida a alguien es el peor de los crímenes. Y los hay en verdad que nunca se han resuelto del todo, como los de Marta del Castillo y las niñas de Alcácer. Para resolverlos hacen falta muchos medios, pero  sobre todo, hace falta esa vocación, entrega y voluntad inquebrantable de los policías. La implicación que tienen ante estos casos es bestial".

También reconoce un cambio en el modelo de agente, "del que fumaba antes tabaco negro a todas horas al de hoy, que hace deporte, se cuida comiendo y parece un modelo".

Admite que la gran parte de los crímenes que suceden en España se resuelven en poco tiempo, en buena medida, "porque la mayoría se hacen chapuceramente, algo que la Policía agradece mucho", ironiza.

Esta es la primera novela de Marlasca.
Para escribir esta novela Marlasca ha precisado documentarse sobre autopsias y sobre técnicas de comunicación entre delincuentes.
Carlos Ruiz B.k

No cree que exista "el crimen perfecto, sino el criminal con suerte" y sugiere que el 99% de los asesinos "son como nosotros, gente normal". Muchos delitos son impulsos, chispazos, como lo llama él. "A veces, los asesinos van encadenando malas decisiones, como Daniel Sancho, la enfermera de Patraix, que mató a su marido por medio de un amante, Rosa Peral...".

De Puerto Hurraco a Alcácer

Para Marlasca, "hoy se sigue matando por los mismos motivos que antes, la metodología es la misma... En 37 años en sucesos no he encontrado ni un criminal que se parezca a Hannibal Lecter. Por el contrario, son muy cutres, la inmensa mayoría de los asesinos son muy poco brillantes". Y marca una línea que diferencia cómo eran antes los crímenes, Puerto Hurraco (1990), y cuándo empezó a cambiar la tendencia, con el crimen de Alcácer (1997).

Quizás por eso, porque se mataba antes y se mata ahora, el género de sucesos es el preferido de la opinión pública. "Lo es, porque nos habla de la vulnerabilidad, de nuestra propia fragilidad, estar en un mal momento te puede romper la vida para siempre. Puedo admirar la vida de un futbolista, pero me es muy difícil empatizar con él. No sé cómo es esa vida. Pero sí puedo empatizar con el padre de Diana Quer. Ponerte en el lugar de... habla de algo muy primitivo, consustancial al ser humano: amor, celos lujuria, dinero...". Lector voraz que consume entre 40 y 50 libros al año, dice que al final, todo está en "La Iliada".

De esta novela se han lanzado en una primera edición 11.000 ejemplares.
De esta novela se han lanzado en una primera edición 11.000 ejemplares.
CEDIDA

Le gustan los autores como Carlos Zanón, "que hacen novela negra sin hacerla" y reniega del tradicional 'noir' nórdico. Solo sigue la que se escribió en los 70 y a Henning Mankell, creador del inspector Kurt Wallander. Y huye con aspavientos "de quienes meten gusanos en las cabezas".

Su declaración sobre la maldad es categórica: "No existen 24 días a la semana las personas  ni buenas ni malas.  Cuando hay un crimen hay que encender un foco que tiene que encender cualquier zona. Todos la tenemos". Quizás en la confianza de encontrar nuevas zonas oscuras, Manu Marlasca aspira a hacer una segunda entrega de Tú bailas y yo disparo. Su editora está más que de acuerdo, así que... a buen seguro habrá otra bala que seguir.

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