La Semana Santa no ha hecho más que empezar. Esta festividad religiosa, que dio comienzo con el Domingo de Ramos, el pasado 24 de marzo, trae consigo la celebración de procesiones que abarrotan las calles de muchas ciudades y pueblos españoles y otras tradiciones religiosas y gastronómicas como los huevos de Pascua o las torrijas. El broche de oro lo pone el Domingo de Resurrección, que tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena de la primavera del hemisferio norte.
Qué se celebra en el Domingo de Resurrección
El Domingo de Resurrección se conmemora el día en el que Jesús resucitó tres días después de ser crucificado en Viernes Santo. Así, la Pascua -que es como se conoce también al Domingo de Resurrección- marca el final de la Semana Santa, al cerrar el Triduo Pascual.
Además de las procesiones, durante el Domingo de Resurrección tiene lugar la tradición de los huevos de Pascua: su origen se remonta a los siglos IX y XVIII, cuando se prohibía comer huevos durante la Cuaresma y, al acabar, los ciudadanos los preparaban y comían para celebrar el fin de la Semana Santa.
Además, los huevos simbolizan la fertilidad, el renacimiento y la esperanza, lo cual es muy apropiado para una conmemoración como la del Domingo de Resurrección. Con el paso del tiempo, esta tradición evolucionó y también empezaron a producirse huevos de chocolate para estas fechas.
Tras el Domingo de Resurrección, el calendario cristiano fija 50 días de un período conocido como tiempo pascual. Al finalizar estos 50 días llega el domingo de Pentecostés, en el cual se celebra el Espíritu Santo y se lleva a cabo la culminación solemne de la Pascua.
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