Cada viernes, durante cuarenta días, desde el Miércoles de Ceniza (que fue el 14 de febrero) hasta el Viernes Santo (el próximo 29 de marzo), los cristianos deben abstenerse de comer carne como símbolo de penitencia en conmemoración a la tradición bíblica acerca de los últimos días de Jesús en la Tierra.

La Semana Santa, que es el periodo más importante para los cristianos, en el que se rinde homenaje a la Resurrección de Jesús, comenzó el pasado domingo 24 de marzo, Domingo de Ramos, y se alargará hasta el Lunes de Pascua, 1 de abril.

¿Por qué no se puede comer carne?

Hay dos razones que explican la prohibición de la Iglesia católica de comer carne en Semana Santa y Cuaresma:

Estos días de abstinencia y ayuno son una conmemoración de los 40 días en los que, según la Biblia, Jesús de Nazaret pasó en el desierto sin comer ni beber, siendo tentado por el diablo. Así, este ejercicio simboliza el sacrificio de Cristo.

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Otra de las razones es que, particularmente, la carne roja está asociada a las cenas y comidas que se convierten en banquetes durante las celebraciones, algo en contra de la Cuaresma, que es un periodo de solemnidad relacionado con la muerte de Cristo.

Además, en otros textos bíblicos se interpreta la carne como la representación del cuerpo de Jesucristo en el día de su crucifixión. Por eso, se considera una falta de respeto que se coma carne en Semana Santa y Cuaresma, elevando el gesto al nivel de pecado.

Qué días está prohibido comer carne

Tal y como marca la Iglesia, la prohibición de comer carne se debe respetar todos los viernes de Cuaresma, que han sido los siguientes:

Además, la tradición marca que en los conocidos como "Días de Vigilia" tampoco se debe comer carne: estos días son el Miércoles de Ceniza (14 de febrero) y el Viernes Santo, que este año se celebra el 29 de marzo.

En el siglo XVIII, la abstinencia se extendía a todo alimento procedente de la propia carne, como la leche, el queso, los huevos. En la actualidad, el Código de Derecho Canónico, con vigencia del 25 de enero de 1983, apunta en los artículos 1249-1253 a la obligación de abstenerse a determinados alimentos y de ayunar en el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.