Anne Hathaway se ha sincerado en una entrevista que ha concedido a Vanity Fair después de una década muy difícil para ella, en la que ha tenido problemas con el alcohol y ha sido condenada al ostracismo en el ámbito cinematográfico. 

"Muchas personas no me daban papeles porque estaban muy preocupadas por lo tóxica que se había vuelto mi imagen en Internet", declara la actriz, que en octubre se hizo con el Óscar a mejor actriz de reparto por su papel en Los miserables. 

Desde entonces, y con la gran excepción de Interestellar ("Nolan fue un ángel, no le importó y me dio uno de los personajes más hermosos que he tenido en una de las mejores películas en las que he participado"), la estadounidense comenzó a quedarse en un segundo plano en el ámbito cinematográfico. 

"La clave es no dejar que te bloquee. Tienes que seguir siendo valiente, y puede ser difícil porque piensas: 'Si me mantengo a salvo, si me abrazo al medio, si no llamo demasiado la atención, no me dolerá'. Pero si quieres hacer eso, mejor no seas actor. Eres un equilibrista. Eres un temerario. Le pides a la gente que invierta su tiempo, su dinero, su atención y su cuidado en ti. Así que tienes que darles algo que valga la pena", explica. 

Por el camino, Hathaway decidió combatir contra sus problemas con el alcohol, tenerse en mayor consideración y ser madre. Eso sí, este último aspecto no fue fácil, puesto que, a pesar de que hoy tiene dos hijos, ha tenido que hacer frente a diversos problemas de fertilidad que en 2015 le hicieron sufrir incluso un aborto. 

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"Es la primera vez que me conozco tan bien a mí misma. No vivo pendiente de lo que los demás piensan de mí. Sé lo que yo pienso y estoy conectada con mis sentimientos. Muchas de mis elecciones de estilo de vida las hago en pro de la salud mental", afirma cuando está cerca de presentar su último proyecto, La idea de tenerte.