EE UU ha desmontado este domingo los intentos del presidente ruso, Vladimir Putin, por involucrar a Ucrania en la matanza terrorista del pasado viernes en la sala de conciertos Crocus City Hall, a las afueras de Moscú. Desde un primer momento, Putin ha eludido mencionar públicamente a Estado Islámico, que reivindicó el ataque, y levantó la sombra de la sospecha sobre Kiev, que ha negado tajantemente cualquier tipo de responsabilidad.
En esta misma línea se ha pronunciado la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, quien ha asegurado que "no hay evidencia alguna" de la implicación ucraniana en el atentado terrorista. "De hecho, lo que sabemos es que ISIS-K es en realidad, según todos los indicios, responsable de lo sucedido", ha dicho Harris en una entrevista al canal ABC News. La vicepresidenta ha señalado así al Estado Islámico del Gran Jorasán, una rama del grupo terrorista cuya área de operaciones es Afganistán, Pakistán, Rusia o Irán, entre otros países.
También la portavoz del Consejo de Seguridad de Estados Unidos, Adrienne Watson, ha insistido este domingo en que Ucrania "no tiene nada que ver en absoluto" con el atentado del viernes.
Watson, en declaraciones a la cadena ABC, ha recordado que Estado Islámico ha asumido la responsabilidad del atentado y ha restado importancia al hecho de que los cuatro sospechosos del ataque, detenidos el sábado, se estuvieran dirigiendo a la frontera con Ucrania en el momento de su arresto.
"El único responsable de este ataque es Estado Islámico. Ucrania no tiene nada que ver en absoluto con lo que ha ocurrido, no hay pruebas de ello y ha sido la filial yihadista del Jorasán la responsable de lo que ha ocurrido", ha reiterado.
Este sábado, Watson aseguró que EE UU ya había alertado al gobierno ruso de la posibilidad de un "ataque terrorista", una advertencia ignorada por Putin. De hecho, el 7 de marzo, el Departamento de Estado emitió una alerta informando que la embajada estadounidense en Rusia estaba "monitoreando reportes" sobre los "planes inminentes" de un grupo extremista para atacar "grandes aglomeraciones en Moscú".
Mientras tanto, en el Kremlin siguen guardando silencio y se refugian en el sarcarsmo y la burla como respuesta. "Ojalá hubieran podido resolver tan rápidamente el asesinato de su propio presidente Kennedy. Pero no, durante 60 años no han sabido quién le mató. Lo mismo fue Estado Islámico también", contestó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova.
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