Putin intenta vincular a Ucrania en el atentado en Moscú y tapar el fallo de su inteligencia que acabó en la matanza

El rostro de Vladimir Putin, insertado en una imagen de los trabajos desescombro del lugar donde se produjo el atentado terrorista islamista del viernes en Moscú.
El rostro de Vladimir Putin, insertado en una imagen de los trabajos desescombro del lugar donde se produjo el atentado terrorista islamista del viernes en Moscú.
EFE
El rostro de Vladimir Putin, insertado en una imagen de los trabajos desescombro del lugar donde se produjo el atentado terrorista islamista del viernes en Moscú.

Menos de 24 horas después del peor atentado terrorista de la historia de Rusia en los últimos 20 años, en el que unos encapuchados accedieron a un recinto de conciertos y mataron al menos a 133 personas y causaron 145 heridos, el régimen de Putin trata de encajar el golpe.

El presidente ruso, que fue reelegido justo hace una semana para el que será su quinto mandato en el Kremlin, intervino este sábado en un discurso en el que prometió mano dura contra los terroristas, que según Moscú ya han sido detenidos, y apuntó a una posible conexión con Ucrania, donde sigue la guerra que él mismo inició hace exactamente dos años y un mes.

Putin reveló que los sospechosos de la autoría material de la matanza fueron detenidos cuando se dirigían a la frontera ucraniana donde, según el autócrata, "les habían preparado una entrada en el lado ucraniano para cruzar".

No obstante, el régimen de Putin trata de justificar lo que ha sido un enorme agujero de inteligencia, más aún embajadas occidentales, como las de Estados Unidos o Reino Unido, habían advertido hace un par de semanas de la inminencia de un atentado de corte islamista en Rusia.

En aquel momento, el presidente Vladimir Putin desoyó esas alertas, que calificó como "un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad" y de "chantaje absoluto". 

Por si hubiera pocas dudas, la misma noche del viernes, el grupo islamista Estado Islámico (ISIS) reivindicó el ataque en Moscú, a través de Amaq, su agencia informativa de cabecera.

 "Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura", reveló Amaq.

Estado Islámico, además, difundió este sábado la primera fotografía en la que aparecen los cuatro supuestos atacantes con media cara tapada, gorra y los ojos pixelados delante de una gran bandera del ISIS.

Además, el Gobierno ucraniano rechazó este sábado toda responsabilidad en el atentado de Moscú y de hecho apuntó a una responsabilidad rusa de no haberlo evitado o incluso haberlo propiciado.

"Pese a que el mundo advirtió de ese tipo de ataques terroristas en el territorio de la Federación Rusa el régimen de Putin no hizo nada por evitarlo o esta implicado en la organización", dijo Andri Yusov, de la dirección de la Inteligencia Militar Ucraniana (GUR) a la televisión de su país.

Yusov desacreditó la teoría de la huida hacia Ucrania: "Esa versión no resiste ningún examen. No hay que ser un experto en seguridad para entenderlo". Ya el viernes, el Ministerio de Exteriores, y el asesor del presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, Mijailo Podoliak, había rechazado una posible implicación ucraniana.

"Consideramos esas acusaciones como una provocación del Kremlin con el propósito de fomentar la histeria antiucraniana en la sociedad rusa, fortalecer la movilización de los ciudadanos rusos para que se sumen a la agresión criminal contra nuestro estado y desacreditar a Ucrania ante la comunidad internacional".

El consejero presidencial agregó que "Ucrania nunca ha recurrido a métodos terroristas" para combatir a Rusia, y afirmó que ha sido "la propia Rusia" la que en otras ocasiones "ha atacado a sus propios ciudadanos para iniciar 'acciones antiterroristas' contra grupos étnicos que protestaban".

Mientras, el Comité de Investigación de Rusia ha elevado a 133 el número de fallecidos en el ataque del viernes contra la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú, según su último balance publicado este sábado por la mañana, conforme los servicios de Emergencia van extrayendo cuerpos sin vida de entre los escombros del recinto, incendiado por los atacantes. Además se han contabilizado 140 personas atendidas por los servicios médicos como consecuencia del atentado.

"Durante la limpieza de los escombros en la sala de conciertos Crocus City Hall, el número de muertos como resultado del ataque terrorista ha subido hasta las 133 personas. Las operaciones de búsqueda continúan", de acuerdo con el mensaje del comité, publicado en su cuenta de Telegram.

En lo que respecta a los heridos, de los 140 contabilizados 105 continúan hospitalizados y 32 reciben atención ambulatoria. Al menos cuarenta personas han tenido que ser operadas de urgencia a lo largo de esta pasada noche. Ocho heridos han recibido el alta en las últimas horas.

La agencia investigadora, en otro comunicado previo también publicado en este servicio de mensajería, ha achacado los fallecimientos a las heridas de bala provocadas por los responsables del ataque y a la asfixia por el incendio de la sala durante el atentado, que terminó por colapsar parte del techo y aplastar a las víctimas, 20 de las cuales han sido encontradas durante las últimas horas bajo los restos.

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