Vas y vuelves de trabajar con la sensación constante de que no has dormido lo suficiente. Y quizás, es que más que la cantidad, lo que te falta es calidad de sueño. Y en ello influye la almohada que usamos durante la noche, por eso, elegir bien es la clave para mejorar nuestro descanso.
Las opciones son muchas y muy diversas: almohadas altas, finas, duras o suaves... y para tomar una decisión es necesario tener en cuenta la constitución de cada persona y la postura con la duerme. Solo combinando todos estos factores podremos evitar lesiones a nivel cervical y hombros, advierten desde el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE)
La mejor almohada según la postura
La pose en la que dormimos debería ser una de las primeras pautas a considerar a la hora de elegir la almohada más apropiada. Desde el CGCFE dan algunos consejos:
- Para quienes duermen bocarriba: se recomienda una almohada de una altura de 10 a 13 centímetros. El objetivo de esta almohada es evitar que la cabeza se caiga hacia atrás.
- Para quienes duermen de lado: se recomienda una almohada alta, de 15 centímetros. Así, cuanto más ancho se sea de hombros, mayor grosor debe tener el cojín. Además, con las almohadas duras la cabeza permanecerá alineada con el hombro.
- Para quienes duermen bocabajo: se recomienda optar por almohadas de entre 8 y 10 centímetros con escaso grosor y poca consistencia ya que un cojín demasiado alto obligaría a una excesiva rotación de la cabeza. También se recomiendan para niños.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconsejan probar en la tienda la almohada adoptando la postura en la que duermes habitualmente. Lo importante es comprobar que la cabeza, cuello y columna se encuentren bien alineados.
¿Qué altura es la mejor?
Para elegir los centímetros apropiados que necesitas en tu almohada también podrías situarte de pie ante una pared como si esta fuera tu colchón, explican desde el Consejo de Fisioterapeutas. La distancia entre tu cara y la pared representa la altura que debes escoger. Una vez realizado este cálculo, añade unos centímetros más si hace falta en función de la consistencia de la almohada.
¿Cómo elegir una almohada en pareja?
Lo que es bueno para nosotros, no tiene por qué serlo para nuestra pareja. La almohada es personal e intransferible, por lo que su uso debe ser exclusivo, enfatizan desde el Grupo TodoPlano. Por eso aconsejan usar almohadas de medida individual, nunca enteras en cama de matrimonio.
¿Cuándo es recomendable una ergonómica?
Las almohadas ergonómicas tienen dos alturas: con forma plana en la parte inferior y ondulada en la superior. Este tipo de almohada se recomienda para dolencias cervicales, sin embargo, están pensadas para recoger el cuello y mantener su curvatura, y, por lo tanto, son efectivas durmiendo bocarriba y apoyando la cabeza en esa posición y dejan de tener efecto durmiendo de lado.
¿Qué material es mejor?
La OCU recomienda los siguientes materiales para almohadas en los siguientes casos:
- Pluma y plumón: son blandas y se deforman, pero vuelven rápidamente al punto de partida. No sujetan bien el cuello. Están pensadas para los que duermen bocabajo, pero no se recomiendan para personas robustas ni para niños.
- Látex: Este tipo de almohada ofrece una buena sujeción de la cabeza, lo que la hace muy adecuada para quien duerme de lado o para personas corpulentas.
- Fibra sintética: Este tipo de almohadas son blandas, adecuadas para personas delgadas y niños: suelen tener rellenos de fibra de poliéster y son transpirables.
- Espuma: están hechas de poliuretano. La mayoría de ellas mantienen, durante unos segundos, la forma de cabeza y cuello aunque cambie de postura, lo que hace que no sea muy adecuado para quien se mueve mucho. Son perfectas para los que duermen de lado.
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